Dicho estudio no consistía sino en una encuesta en la que ciudadanos de diferentes países habían de definirse como ‘muy felices’, ‘bastante felices’, ‘no muy felices’ o ‘definitivamente infelices’. Los resultados, como se puede apreciar, saltan a la vista:
Fuente: The economist (Dato sobre España incluido de forma artificial)
Lo cierto es que el semanal no examina en profundidad las implicaciones, si bien aporta el matiz de que el estudio es sólido y no análogo a otros indicadores de bienestar o satisfacción, y apunta a la conclusión más evidente: Los países más felices son los países que se encuentran en desarrollo, y no los más desarrollados.
¡Y efectivamente! Sólo tenemos que echar un vistazo a las naciones implicadas para ver que su riqueza no se corresponde con su percepción de felicidad:
¡Y efectivamente! Sólo tenemos que echar un vistazo a las naciones implicadas para ver que su riqueza no se corresponde con su percepción de felicidad:
Ni tampoco resulta determinante la magnitud elaborada para medir ‘todo-eso-que-no-mide' la producción de un país: El índice de desarrollo humano:
Otros factores sociales como la esperanza de vida, el acceso a vivienda o la presión que sobre una población ejerce la tasa de desempleo también se desentienden del tema:
Todo parece un cúmulo de conclusiones disparatadas hasta que incluimos la tasa de crecimiento del producto interior de los países, el ritmo al que se enriquecen, y efectivamente, entonces sí, obtenemos una relación palpable:
¿Tiene sentido que la felicidad esté en escapar de la pobreza, y no en la riqueza? Tampoco es algo tan disparatado, pero... ¿por qué, si una sociedad más pobre puede sentirse feliz, al enriquecerse deja de hacerlo? ¿Qué nos estamos dejando por el camino, si se supone que caminamos hacia ello?
La pregunta, por supuesto, es enorme. Y es que puede que la riqueza nos inunde de comodidad , tranquilidad y ‘bienestar’, pero si lo que queremos es buscar la felicidad... todo indica a que lo estamos haciendo rematadamente mal.
Fuente: http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2012/02/daily-chart-16
¿Tiene sentido que la felicidad esté en escapar de la pobreza, y no en la riqueza? Tampoco es algo tan disparatado, pero... ¿por qué, si una sociedad más pobre puede sentirse feliz, al enriquecerse deja de hacerlo? ¿Qué nos estamos dejando por el camino, si se supone que caminamos hacia ello?
La pregunta, por supuesto, es enorme. Y es que puede que la riqueza nos inunde de comodidad , tranquilidad y ‘bienestar’, pero si lo que queremos es buscar la felicidad... todo indica a que lo estamos haciendo rematadamente mal.
Fuente: http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2012/02/daily-chart-16
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