En medio del conflicto que se está generando en España con la reforma
de las becas, acompañado de la lamentable perspectiva que tienen muchos jóvenes
sin formación de encontrar un puesto de trabajo; es completamente necesario continuar
haciendo hincapié en la necesidad de formarse.
Recientemente, se ha publicado el informe sobre educación elaborado
por la OECD (Education
at a Glance, 2013). En él se examina, entre otras cosas, el papel que juega
la educación a la hora de encontrar trabajo o en el salario futuro; pero,
también los beneficios tanto privados como sociales que ofrece una sociedad
educada, es decir, los rendimientos de invertir en educación. Mi objetivo es
mostrar algunas conclusiones generales que se extraen del informe, y ofrecer
evidencias sobre la importancia de realizar esta inversión como una apuesta de
futuro y progreso.
En primer lugar empezaré con un par de gráficos que ofrecen evidencia
sobre los beneficios individuales que lleva aparejada una mayor formación en
relación a las tasas de empleo o niveles salariales.
El gráfico superior muestra la diferencia entre tasas de empleo entre individuos con educación terciaria y aquellos que tienen un nivel de educación secundaria. Como se puede observar, a pesar de las variaciones entre países, existen diferencias considerables entre la tasa de ocupación entre los dos niveles educativos. Además, como el informe menciona la tasa de desempleo (para la media de la OECD) de individuos con un nivel inferior a educación secundaria es casi tres veces mayor (13%) que aquellos con educación terciarias (5%). Por lo tanto, a mayor nivel educativo, con mayores posibilidades de encontrar un puesto de trabajo.
Como era de esperar, la relación entre nivel educativo y salario
también es positiva. Por ejemplo, la diferencia entre el salario de un
individuo con educación universitaria (o profesional) y un individuo con educación secundaria es ligeramente superior al
50% (media para la OECD). De esta forma, aunque no muchos estén de acuerdo en que el dinero da
felicidad, lo que sí es obvio es que en el mundo que vivimos da tranquilidad y
estabilidad. Por tanto, mayor nivel educativo implica una mayor estabilidad y
tranquilidad personal.
La conclusión que se extraen de estos dos primeros gráficos es que un
mayor nivel educativo aumenta las oportunidades de encontrar trabajo,del mismo modo que aumentan las ganancias salariales respecto a un nivel inferior. Pero, hasta ahora sólo hemos visto los beneficios (algunos) que los individuos
alcanzan como consecuencia de una mayor formación. Veamos los beneficios
sociales que rinde la inversión en educación.
Como queda reflejado, los beneficios privados de la educación son más
que destacables; pero los beneficios sociales también están presentes y en
algunos países son especialmente relevantes. Como el informe menciona, para la
media de la OECD, el beneficio social (por individuo) derivado de la inversión
en educación es alrededor de 100.000$, casi tres veces más que la cantidad de
inversión pública requerida.
Por tanto, la educación permite ampliar las posibilidades de futuro de
los individuos, ayudándoles a adquirir una mayor estabilidad tanto laboral como
personal; pero, además, una sociedad más (y mejor) educada también genera
externalidades positivas en forma de mayores ingresos fiscales
o contribuciones.
(Este artículo sólo recoge a grandes rasgos los
resultados del informe, y la intención es motivar sobre la necesidad de educarse y
tener una visión a largo plazo, no exclusivamente de “vive el momento.”
Próximamente profundizaré más en el informe y continuaré escribiendo sobre el
tema.)
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