Hay dos conceptos que se han estado repitiendo a lo largo y
ancho de esta crisis: “Hay que cambiar nuestro modelo productivo” y “hay que
mejorar la competitividad de España”.
Obviamente, hay una fuerte relación existente entre ambas
ideas. La productividad media de un país, agregado para, por ejemplo, medir en
qué grado podemos o no ser competitivos, depende, no solo de las
productividades derivadas de cada sector o industria de nuestro país, si no en
la forma en la que se estructure nuestro modelo productivo en base a esos
sectores.
David Ricardo lo expone bien claro cuando enuncia la famosa
y reconocida teoría de la ventaja comparativa como motor de la estructura
óptima de producción y exportación: El país se especializará en aquel sector en el que sea, comparativamente, el mejor.
Si damos una pequeña vuelta al modelo tenemos una de las
primeras paradojas que se pueden exponer en economía: Aunque un país pueda
tener una menor productividad en todas sus industrias (comparado con respecto a
otro país), es posible que su productividad media sea superior. Esto se debe a
la estructura productiva que cada país tenga. Pongo un ejemplo básico.
Imaginemos dos países, con diez trabajadores cada uno. La
economía tiene dos sectores: Producción de libros y Producción de tartas.
En la siguiente tabla podemos ver las productividades de
cada sector en cada país (en términos monetarios, también podemos suponer que
el precio de un libro y de una tarta es el mismo, lo hacemos para poder
comparar entre sectores y luego hacer la media). Es decir, cuanto produce un
trabajador en cada sector, según el país.
Libros
|
Tartas
|
|
País A
|
6
|
3
|
País B
|
5
|
2
|
Como vemos, el país B es menos productivo, puesto que un
trabajador hará siempre una unidad menos esté en el sector en el que esté.
Sin embargo, imaginemos que la estructura productiva de un
país se distribuye de esta forma:
(Aquí podemos ver la cantidad de trabajadores que cada país
dedicada a cada sector)
Libros
|
Tartas
|
|
País A
|
5
|
5
|
País B
|
10
|
0
|
La producción total de cada país será, por tanto:
País A: 5*6+5*3=45
País B: 10*5+0*2=50
El país B, por tanto, aun siendo menos productivo de forma
individual en cada una de sus sectores, produce más (y teniendo el mismo número
de trabajadores, tendrá una mayor productividad) que el país A.
Si se cumpliera la teoría de la ventaja comparativa, este
ejemplo no ocurriría. El precio de intercambio de los bienes sería endógeno, y
la estructura productiva se adaptaría para maximizar el beneficio que se
obtendría gracias al comercio. En un sistema puramente eficiente, los países se
especializarían siempre en aquellos sectores en los que son comparativamente
más productivos. Pero en la vida real, esto no siempre sucede.
En estos casos, una menor productividad media, por tanto, no
solo se deriva de una menor productividad en cada uno de los sectores de la
economía, sino también en una menor eficiencia en la adaptación del modelo
productivo efectivo ante las posibilidades de producción. Hay que saber
exactamente cual es nuestro problema (el modelo productivo, o la baja
productividad de nuestros sectores) o, sobre todo, en qué grado lo es cada uno,
para saber por donde intentar atacar este grave problema.
Lo primero que quiero hacer es una sencillas gráficas
exponiendo la especialización productiva de unos cuantos países de nuestro
entorno.
Para saber la especialización de cada país, se compara el
peso de un sector sobre el total de la economía, con respecto al peso medio de,
por ejemplo, la eurozona.
Si la media es que los países dediquen un 30% de su fuerza
de trabajo al sector de las artes, y un país dedica el 45%, es porque ese país
está fuertemente especializado en el sector de las artes. Dividimos
(45/30=1,5), y vemos que cuando los valores sean superiores a 1 nos mostrará
especialización productiva. Se puede hacer tanto por trabajadores, como por
producción efectiva. Elijo lo primero para después seguir con la exposición.
Los sectores son: (1) Industria. (2) Manufacturas. (3) Construcción. (4) Transporte y comercio. (5) Información y comunicación. (6) Actividades financieras. (7) Act. sobre propiedades. (8) Act. profesionales y científicas. (9) AAPP (defensa, sanidad, educación). (10) Arte y entretenimiento. (11) Agricultura y pesca.
Así, por ejemplo, tenemos que España está especializada en
el sector de la agricultura, la construcción y el comercio (la linea roja es superior a la negra en los números 11, 3, 4 y un poco en 10). Es
el claro ejemplo de atascamiento en nuestro modelo productivo, ya que el sector
de la construcción ha dado ya todo lo que podía dar (y luego se pasó un par de
pueblos más).
Alemania, en cambio, está especialidad en industria,
manufacturas y (en menor grado) en arte y entretenimiento.
Reino Unido está especializada en construcción y actividades relacionadas con la información, las actividades financieras (city) y profesionales.
Una vez que hemos descompuesto la producción en base a la
estructura productiva (es decir, por sectores), podemos ver por un lado, la
productividad (medida como el valor añadido partido del total de trabajadores)
de cada sector en cada país. Luego podemos calcular la productividad media de
cada sector (a nivel europeo, elijo la UE-17) y explicar la diferencia en la
productividad media del país (con respecto a la media europea) a través de las
diferencias en las productividades de los sectores y a través de la mejor o
peor adecuación del modelo productivo.
Lo que se trata es descomponer la diferencia en la productividad
media de un país con respecto a la media europea en base a la diferencia en las
productividades sectoriales y a la mayor o menor especialización del país en
aquellos sectores en los que es más productivo.
Tomemos España, por ejemplo.
La productividad media de España (PIB/Empleo) es un 12,1%
menor a la media de la UE-17. Un 85% de esta menor productividad media se
explica por la menor productividad de las industrias, y un 15% se explica por
una mala estructura de nuestro modelo productivo.
Por ejemplo, España está especializada en transporte siendo
que no es un sector donde seamos precisamente competitivos.
En Alemania, en cambio, ocurre lo contrario. Primero vemos
cual sería la productividad media si Alemania tuviera la estructura productiva
de la media europea (de esta forma, atendemos al conjunto de Alemania como si
esta no estuviera especializada en nada, es decir, en el caso en el que su
modelo productivo aun no se ha adaptado a la mejor o peor productividad de sus
industrias). Haciendo esto vemos que la productividad media de Alemania es un
0,6% inferior a la media.
Sí, Alemania tiene, de media, unos sectores menos
productivos que la media europea.
En cambio, la productividad media del país es un 4,2% superior
a la media. ¿Por qué? Porque su modelo productivo está muy orientado a aquellos
sectores en los que tiene una mayor competitividad. Ocurre (más o menos) lo que
veíamos en el ejemplo que explicaba antes con las tablas. Alemania, gracias a
la mejor adecuación de su marco productivo, consigue una productividad mayor a
la media.
Lo que esto quiere decir, aunque sea obvio, es que no solo
hace falta ser competitivo. Hace falta potenciar aquello en lo que se es
competitivo.
Usain Bolt no tendría ningún oro si no corriera en las
olimpiadas, aunque sea el más rápido del mundo. Y mi abuela registraría una
mejor marca que Usain Bolt si este simplemente, se quedara en casa (y a mi
abuela le permitieran correr).
En la teoría, donde cada país busca la mayor eficiencia,
esto no ocurre. Usain Bolt jamás iría más lento de lo que pueda ir. En la vida
real, hay muchos componentes que afectan a la mayor o menos especialización de
un país en un determinado sector, no solo la competitividad. Aunque obviamente,
hay una relación clara.
En este gráfico podemos ver la relación de los principales
países entre la competitividad de un sector (eje horizontal, un valor superior
a 1 es que es competitivo) y sí está más o menos especializado en ese sector
(eje vertical, un valor superior a 1 implica especialidad productiva). La
relación es creciente y casi pasa por el punto (1,1), sin embargo vemos que hay
bastantes ineficiencias (países que están especializados en sectores en los que
no son competitivos).
Pegas a lo anteriormente comentado:
Antes de acabar quiero matizar algunas cosas. Lo anterior es
una explicación básica de por qué es importante la estructura productiva que tenga
un país para determinar la productividad media (y por tanto, el PIB per
cápita), y no solo la productividad de cada industria.
En segundo lugar, destacar el hecho de que, teóricamente, lo
optimo es que cada país se especialice en un solo sector, aquel en el que es
más competitivo. Esto obviamente, es imposible (incluso indeseable) en la
realidad. Sin embargo si que se puede alcanzar una estructura productiva mucho
más centrada en aquellos sectores donde se destaque (como hace Alemania).
En tercer lugar, obviamente un estudio más completo (AKA,
mejor hecho) implicaría usar una desagregación mayor de la estructura
productiva (y no descomponer la economía solo en 10 sectores). Pero eso habría
complicado más lo que es un simple artículo.
En general, por tanto, parece que tenemos 2 problemas
básicos en la economía por parte de nuestra estructura de oferta.
Si bien incluso me atrevería a decir que no estamos faltos
de competitividad o que nuestras empresas no son mucho menos productivas que
las de otros países, nuestros graves problemas se derivan de (1) una estructura
empresarial centrada alrededor de las pymes, con una menor productividad con
respecto a las empresas grandes (lo cual hace que la productividad media de un
sector sea inferior a la media europea ya no solo por las diferencias en las
productividades empresariales, si no en la estructura del sector en base a
estas) y (2) una estructura productiva que no explota todo lo que pudiera
aquellos sectores en los que somos más competitivos y dedica más fuerza en
algunos en los que no lo somos.
Sin embargo, cuando hablamos del “cambio” en el modelo
productivo, solo hablamos de aumentar nuestra competitividad, bajando salarios.
De la estructura de nuestro modelo productivo, de la características de
nuestras exportaciones, de la capacidad para integrarnos en los sectores del
futuro, ni pio.
Y así nos va a ir.
PD: Todos los datos (producción y empleo por sectores) están sacados de Eurostat, y he empleado los de 2011.
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