Escrito por Miguel Puente Ajovin en Caótica Economía / @caoticaeconomia
Me sentía en la obligación de escribir algo sobre el nuevo anuncio del BCE sobre la forma en la que han articulado la ayuda a los países con problemas en su financiación.
Pero como soy bastante escéptico con el tema y no me gusta
tirarme a la piscina por nada (¿por qué tenemos que tener siempre opinión firme
sobre cualquier cosa en el acto? ¡Reivindico mi derecho a dudar!), prefiero
irme por otros derroteros.
Para los que gustamos de seguir la actualidad económica,
creo que hemos conseguido traspasar un poco el fino velo de la mera información
para llegar a divertirnos con el tema. Me recuerda a aquella polémica cita de
Fernando Savater en la que decía que se había divertido mucho con el
terrorismo. Pero creo que la palabra correcta no es diversión, que implica en
cierto modo alegría, sino, simplemente, entretenimiento.
Entretenimiento por poder ver el fluir de los
acontecimientos, no como una serie de puntos en el tiempo, shocks, hechos,
actos, citas, sino como una transformación paulatina, un choque continuo, un
debate apasionado entre los actores de una realidad que es presente, y no
histórica.
Las denominadas “guerras macro”, una pugna económica,
ideológica y filosófica que, huelga decir, no acabará nunca, pero entretiene (y
mucho) y estimula el pensamiento. Facciones contrarias las ha habido siempre,
desde Platón y Aristóteles hasta la dicotomía entra racionalismo y empirismo,
hasta la macroeconomía keynesiana y la microfundamentación derivada del hombre
como ser puramente racional nos hace ver que, en gran parte, la raíz máxima de
casi cualquier debate recae en términos filosóficos (y en como estos afectan a
nuestra forma de hacer ciencia, pasando también por la confrontación entre el
inductivismo y el deductivismo).
La trama se expande por las vicisitudes políticas. Los
actores políticos e institucionales, internacionales y patrios, si bien
comparten en mi opinión una gran inoperancia, también entretienen. Los hay
tontos (de remate), cautos, interesados e inclusive inteligentes. Y si bien
está mal clasificarlos cual novela de folletín, pues los matices importan (y
gustan), socialmente pueden catalogarse en diferentes bandos, como una novela
rio o una serie coral. Frau Merkel y Herr Schäuble, como los pérfidos alemanes,
Weidmann como aquel conde en la corte que intenta tornar la política del reino
a su favor. Un Draghi impotente y atado a los mandos de Dios sabe qué. Monti,
un tecnócrata (suena a ciborg) que gobierna el imperio romano. La cuna de la
civilización democrática dirigida por los hombres de negro. Un toro doblegado. “Cuando
despierten los chinos…”.
Hablar en estos términos puede incluso llegar a ser ofensivo
(es un extremo) pero es un ejemplo de cómo la realidad, a través del prisma
adecuado, puede llegar a entretener como cualquier obra de ficción.
No solo hablamos de confrontaciones ideológicas
(pensamiento) y políticas (actuación). También de confrontaciones naturales
(impuestas por una realidad a la que estamos atados). Cambio climático, peak
oil (o mejor, dicho, peak everything), explosiones solares, extinciones
animales, hambrunas… La realidad nos golpea
a cada paso y nos mantiene despiertos.
La información económica y estadística consigue que podamos
ver, o al menos intuir, el devenir de un mundo global en la palma de nuestra
mano. No es un pulso perfecto ni completo, pero si es un pulso real, a su
manera. Internet no solo nos mantiene en contacto con el mundo, nos permite
interiorizar el mundo, asumiendo y asimilando más rápidamente los hechos,
ampliando el área de debate y discusión, extendiendo las miras e ideas que
hacen su propia batalla en el interior de nuestra mente.
No debemos olvidar la parte humana. No es un entretenimiento
vacuo en el que poder cerrar el libro y olvidar a discreción. Tiene muchas
partes negativas, mucho sufrimiento y mucho acto de superación. Pero empatizar
con la sociedad es solo un paso (necesario) más en nuestra forma de entender y
asimilar el mundo que nos rodea.
Por todo esto, y mucho más, el presente es tan estimulante,
tan interesante y tan entretenido como pueda ser cualquier pasado o futuro,
real o inventado. Por todo esto, y mucho más, disfruten de este año académico
que comienza.
Genial Miguel. Sólo una cosa podrías poner Herr Schäuble :P
ResponderEliminar