Para
Aristóteles, el fin de la política era alcanzar la 'buena vida'. Para él, los mejores identificando el bien común deben ser los que disfruten de un mayor reconocimiento e influencia en la política.
Naturalmente, el significado de buena
vida puede ser muy cuestionable. Pero dejándolo a un lado, podemos aprender
algo de la interpretación de Aristóteles.
Dentro de
las sociedades democráticas los líderes políticos son elegidos a través de elecciones en las que los individuos muestran sus preferencias. Sin embargo,
los políticos elegidos distan mucho de ser los mejores identificando el bien
común, ya que su comportamiento está muchas veces, si no siempre, determinado
por ganar las siguientes elecciones no por hacer las cosas bien. Por supuesto,
ambas cosas pueden coincidir pero ésto no siempre ocurre. Así que, a menudo es
mejor ser populista que realista. Ésto es factible porque a la
gente no le suele gustar que la fiesta termine. De esta forma, la idea de
Aristóteles sobre quienes deben determinar la agenda política podría ayudar a
solucionar el ‘mal comportamiento’ de los políticos, lo que significaría que
algunas personas tendrían más poder e influencia que otros.
Esta última
frase me recuerda a Europa y, en especial, a la Eurozona. La razón parece clara: el mal comportamiento de los
países del sur lleva a los países del centro a tratar de asumir el control para
alcanzar el bien común. En este caso, la idea de Aristóteles sobre el propósito
de la política se cumple debido a que los países sin problemas son los mejores
identificando el bien común y por tanto deberían disfrutar de una mayor
influencia política. Si sólo atendemos a
esta cara de la moneda, la situación actual debería ser la correcta. Pero, ¿qué
ocurre si parte de los problemas de los países del sur es debida a un
comportamiento imprudente de los países que ahora tratan de asumir el control?
Por
supuesto, no hay una única respuesta porque no está claro quién es culpable de
la situación actual. Sin embargo, hay algo que debe tenerse en cuenta. Más allá
de culpables o inocentes, de lo correcto o lo incorrecto, Europa está siendo
dirigida por líderes políticos que no han sido elegidos por los ciudadanos europeos en su conjunto, y ésto debe ser una de nuestras preocupaciones porque, a pesar de
las deficiencias, las democracias dependen de las elecciones de sus ciudadanos
y no en simples suposiciones sobre sus preferencias.
¿Puede Europa aprender algo de la idea de Aristóteles? Por supuesto que sí: Conocer el
bien común implica saber quiénes serán afectados por el y qué quieren. Y, una
vez definido, poder elegir a aquellos individuos que mejor cumplan dicha tarea.
Por tanto, la Eurozona necesita repensar su sistema político de modo que las decisiones que se tomen para resolver los problemas dependan de los deseos de las personas que los están sufriendo.
Por tanto, la Eurozona necesita repensar su sistema político de modo que las decisiones que se tomen para resolver los problemas dependan de los deseos de las personas que los están sufriendo.
Por un lado, uno no debe sino reafirmar el hecho de que el gran problema de la democracia es que se tiende hacía lo populista. Pero esto no solo se produce en el sistema democrático. 2º de bachiller es un año que está dirigido para aprobar un examen de selectividad, no para aprender. Y es que cuando se establecen mecanismos ordenados para intentar observar un hecho (lo que sabes, o tus preferencias políticas, o qué se yo) se pierde más tiempo en intentar “engañar” o “triunfar” en el mecanismo que dejar que estos actúen. Porque el propio mecanismo afecta a la forma de actuar de aquellos sobre los que interactúa.
ResponderEliminarPor ejemplo, en Alemania piden tener doctorado para ser ministro (o eso dicen). Y al menos creo recordar dos o tres casos de ministros alemanes que plagiaron sus doctorados. Hasta un proceso de meritocracia se ve desbordado por este efecto.
La pregunta es si recaer sobre valoraciones objetivas (notas, curriculum, tener requisitos) o subjetivas (depender del pueblo).
Es cierto que Europa está siendo dirigida por líderes que, de forma efectiva, no han sido elegidos por los ciudadanos a los que deben servir, y eso ya ha empezado a traspasar el espectro de lo gerencial a lo directamente político, Monti a la cabeza. Y disfrazar de objetivo y neutral algo que, por definición, es subjetivo y heterogéneo, como así es la política, me parece peligroso.
PD: Sé que no es un comentario directo sobre tu artículo pero creo que tiene bastante que ver ☺.
Mil gracias.
ResponderEliminarUna de mis ideas era mencionar a Monti pero al final decidí dejarlo al lado. De hecho Monti es un ejemplo de lo que en teoría se podría desprender de la interpretación de Aristóteles sobre la política. Algo que cuanto menos puede ser controvertido, es algo sobre lo que aun no tengo muy claro donde posicionarme.
¿Tecnócratas o populistas? Ventajas e incovenientes se pueden extraer de ambos, pero como bien dices es peligroso disfrazar de objetivo algo que no lo es.
Seguiré pensando en esto
¿Y qué hubiera dicho Aristóteles de creer factible la aparición de Internet? ¿Hubiera seguido defendiendo a esos 'lideres políticos' como sistema de gobierno, o hubiera apostado por uno más... directo?
ResponderEliminar'Las cosas de palacio van despacio. Y las del congreso... pues eso'. Efectivamente, un federalismo bien diseñado (y hablamos del único sistema de reparto de competencias que defiende la ciencia) pasaría porque aquello que a uno le afecta haya sido elegido por él: Si las decisiones sociales alemanas afectan a la sociedad española, que no las ha votado, serán automáticamente ineficientes y, más si cabe, injustas.
Sin embargo, el mundo ha avanzado mucho más rápido de lo que la política permite. No hace mucho atendimos con expectación a las elecciones estadounidenses cruzando los dedos por la victoria de Obama, puesto que creíamos que la política que anunciaba Romney nos afectaría negativamente aquí en Europa. Son cosas complicadas, en las que se avanzaba relativamente bien en tiempos de prosperidad, pero trabadas, como es lógico, en tiempos de confrontación.
¿Repensar? Tal vez, pero me temo que si vuelve a ser con nuestras cabezas...
Un artículo muy bien hilado, por cierto ;)
Gracias Germán.
ResponderEliminarInteresante la pregunta sobre Internet y Aristóteles. Puede que le gustara la aparición de Internet en la medida que permitiría reconocer/encontrar a aquellos que mejor se adaptan a cada fin. Dada su idea de que cada uno debe dedicarse a aquello en lo que es mejor, no a aquello que elige por que le gusta. Sin embargo, aunque ciertos puntos de las ideas de Aristóteles me parecen interesantes para actualizar a nuestros días, hay que tener en cuenta siempre que leemos a los clásicos que sus tiempos y los nuestros son absolutamente diferentes, pero parece que ciertas personas cuando evocan a éstos no lo tienen en cuenta.
Es cierto que el mundo siempre avanza más rápido de lo que la política permite, esto es pura lógica. Pero tambien es cierto, que determinadas clases políticas, y más concretamente en el estado en el que residimos, España, no existe la voluntad necesaria ("voluntad política") para adaptarse en tiempo y forma a las realidades sociales existentes.
ResponderEliminarDicho esto, y centrandome en la "figura idónea del político" decir que como apuntó Jose, tanto del tecnócrata como del populista se pueden extraer ventajas o incovenientes, pero creo que esto se podría solucionar creando en los organismos bicéfalos que rodean al presidente, me estoy refiriendo a los ministerios, personas con altas capacidades de valoración objetivas, en definitiva auténticos tecnócratas sin olvidar nunca las realidades sociales que existen. Una vez configurado así estos organismos bicéfalos, y siguiendo este criterio para diveros órganos de la administración general del estado ostentados su represetanción por "políticos", no habría que tener miedo a un presidente cuya figura sea "populista", porque éstos ahora mencionados, dirigirían una agenda política, bajo mi punto de vista bastante más coherente y clara que la existente.
Y a grandes rasgos y dejando la sugerencia encima de la mesa, se debería exigir desde la ciudadanía europea una reforma para el aumento de legitimación por parte de las instituciones que conforman la Unión Europea y el reparto de poder existente en la acutalidad.
Me estoy yendo un poco del artículo formulado por mi compañero Jose, que he de decir que es muy bueno y está muy relacionadas todas sus temáticas.
Gracias.
ResponderEliminarLa idea que propones es en mi humilde opinión como deberían funcionar las instituciones que rodean al presidente. Sin embargo, se me plantea la cuestión: ¿cuál es la mejor forma de elegirlos?
En mi opinión, creo que un aspecto clave son las listas abiertas en nuestro sistema electoral para el Congreso de los Diputados, y creo que es uno de los mayores defectos de nuestra realidad política.
ResponderEliminarPara formar parte como magistrado del Tribunal Constitucional o del Consejo General del Poder Judicial por poner dos ejemplos, unas de las claúsulas que existe es ser Magistrado o Fiscale, profesor de universidad, funcionarios públicos y abogados que deben tener una reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión (avalada por resultados que se puedan comprobar de manera objetiva) ¿Por qué no algo parecido pero en la esfera de los organos superiores de los gobiernos?
Magnífico artículo me gustaría leer muchos más así. Sin Internet y con esclavos, otros tiempos. Pero la naturaleza humana no cambia. El técnico puede ser "sabio" y mal intencionado. El "saber" no garantiza la bondad. La buena vida es lo que se llamó beata vita. Para esos griegos: lo bueno era bello y era saludable.
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