16 ene 2013

Como saciar a un economista y no morir en el intento


Los economistas, en el desarrollo de la teoría del consumidor, deben suponer el comportamiento racional del hombre de maneras concretas y, si puede ser, matematizables.
El primero de los elementos a construir es la función de utilidad, que proporciona la estructura de las preferencias de los individuos sobre los bienes que puede consumir.

Ahora bien, esta utilidad incluye ciertos supuestos básicos para describir las propiedades de estas preferencias. Esto es, que sean completas, consistentes (¿y el teorema de incompletitud de Gödel?), continuas e insaciables.
Hoy quiero centrarme en esta última propiedad de todo ser "racional".

¿Qué es el axioma de insaciabilidad?

Básicamente que el individuo no se puede “saciar”, esto es, que siempre va a preferir tener más que menos. Entre dos naranjas o una, prefiere dos. Entre quince pisos o uno, prefiere quince. Hablamos de preferir no de obtener efectivamente, ya que cada producto lleva asociado un coste y nuestra renta es limitada.

Es un supuesto relativamente lógico. Pero excluye otros dos: la saciabilidad y la utilidad marginal negativa.

Por ejemplo, comamos hamburguesas. Hay dos razones por las cuales no te comerías diez hamburguesas de golpe.
La primera, la saciabilidad, el hecho de que, probablemente, cuando te hayas comido cinco tu estómago esté físicamente lleno.
La segunda, la utilidad marginal negativa, es cuando introduces en tu análisis racional el hecho de que comer hamburguesas engorda, y que, por tanto, genera una desutilidad, (produce una disminución de tu bienestar). Si estás a dieta probablemente no quieras comerte ninguna aunque te las dieran gratis.

Esa es la razón por la que podemos rechazar la propaganda que nos dan por la calle y seguir siendo racionales (aunque sea papel gratis) ya que lo vemos como basura, y, por tanto, genera desutilidad.
O la razón de rechazar una cerveza gratis, si incluyes la desutilidad de la resaca futura asociada al consumo presente.

Ante el supuesto de insaciabilidad, nos convertimos en máquinas de desear, incapaces de dejar de optimizar nuestra utilidad bajo la base del aumento del deseo (esto es, la necesidad de preferir más a menos). Un infinito por llenar y una vida limitada para intentarlo, irremediablemente moriríamos en el intento de saciar a un economista denominado en estos términos.

En cierta forma, el supuesto de insaciabilidad imposibilita al hombre el llegar a lo que algunos filósofos denominaban “la buena vida”. Algo así como el estado estacionario del hombre en el plano económico, un punto en el que no es que no pueda mejorar, sino que no lo desea. Quizás siempre podamos aumentar nuestra felicidad, pero puede llegar un punto en el que sea imposible disminuir nuestra infelicidad. Y ¿cómo se relacionan estos términos? ¿Es el genio de la lámpara de Aladdin plenamente feliz cuando lo liberan de la lámpara?

Padre e hijo (Robert y Edward) Skidelsky se hicieron una pregunta parecida, ¿Cúanto es suficiente? 
Es una pregunta que no tiene sentido bajo el axioma de insaciabilidad, puesto que, por definición, nada es suficiente. Y nada es suficiente porque no hay nada que alcanzar. Ya puede dar vueltas al mundo el burro que lo va a tener jodido para alcanzar la zanahoria. ¿Es acaso el deseo una mera zanahoria para los hombres? ¿Es imposible que deseemos, simplemente, dejar de “andar” como burros y disfrutemos del pienso que nos da la vida”?

La pregunta va más allá. Y como lo primero en filosofía, antes de buscar la respuesta, es analizar muy bien la pregunta, conocer bien qué es el deseo y su relación con las necesidades humanas es obligatorio ¿necesitamos desear para poder ser humanos?

Para un tour de forcé por todas estas cosas, el libro ¿Cuánto es suficiente? Es magnifico. Pinceladas de Fausto y Marx se entrecruzan con las visiones de Aristóteles, y las preguntas vertidas no dejan de hacerte pensar sobre la propia condición humana, tal y como he intentado, a mi manera, hacer aquí.

Porque si todo es relativo y es cierto que es más rico, no quien más tiene, sino quien menos necesita. ¿No sería mejor desear no necesitar? Si nos topamos con el genio de la lampara, ¿No sería lo mejor desear no desear?

Sea como fuere, espero haberos causado el deseo de, como mínimo, mirar la contraportada del libro en vuestra librería más cercana. 
PD: En el (muy recomendable) blog Economía en dos tardes tenéis una entrevista a Robert Skidelsky sobre el tema. 

11 comentarios:

  1. Duda, Según esos conceptos cuando rechazamos algo gratis estamos siendo irracionales por definición económica. Pero sabemos que no lo es por lo que costes que dices.
    Por tanto la economía tradicional ¿Se esta dejando fuera comportamiento racionales?

    ResponderEliminar
  2. La micro básica que es la que se da en la carrera sí. La cuestión es sí, eso tiene alguna importancia económica.
    Quiero decir que se parte siempre de que los bienes con los que tratamos solo generan utilidad. Puede que esto no sea del todo cierto, pero no creo que eso genere ningún problema en cuanto al sentido tradicional de la microeconomía, ya que si algo no te genera utilidad simplemente no lo vas a comprar, o no lo quieres y, por tanto, no entras en el "mercado" sobre el que quieras analizar, por lo que tu comportamiento no tendría "efecto".

    La micro básica se deja fuera todo aquello que incumple el axioma de insaciabilidad. La pregunta es, ¿Tiene eso o puede tener eso repercusión en alguna conclusión importante de materia económica?
    Quizás por ahí deban ir y van a ir los tiros de la Behavioural economics.

    ResponderEliminar
  3. Todos los consumidores son racionales, no importa cuál sea este el acto mientras sea deliberado, ya que aún, un suicida que considera tirarse del alto de un edificio, o consigue un arma (medio) pretende dar fin a su vida (valor-fin) incurriendo obviamente, en costes (el fin de su vida, cuando puede seguir viviendo). La acción es perfectamente racional.

    A priori, siempre que pensamos en el bien (utilidad) de una acción, podemos darnos cuenta que cometemos errores (a posteriori) mirando hacia atrás que hemos cosechado costes mayores a los beneficios.

    Por eso podemos decir que toda acción humana es siempre racional. ¿En qué sentido? En el sentido de que siempre, apriori, el ser humano actúa pensando lograr fines que tiene más valor que los costes en los costes que empieza incurrir.

    Nunca se puede obtener una utilidad marginal negativa (Es imposible), dado qué, es más valioso para mi, no comer (ya que estoy satisfecho) que seguir comiendo (que me provoca la sensación de insaciabilidad, malestar estomacal, etc). La utilidad marginal en el caso de las hamburguesas no es: Todas las hamburguesas contra ninguna hamburguesa, sino que son un número finito de hamburguesas contra la sensación de hambre y puedo tener 1,000 hamburguesas, pero no me las comeré, dado la nula utilidad que estas me causan (Este era el error en donde incurrían los economistas clásicos intentando explicar la teoría del valor, no era: Todo contra nada, sino en cambio, determinados productos contra otros).

    En las discusiones de Economía (que siempre escucho) los Economistas dicen: ¿Cómo? Es que la gente no se comporta racionalmente, por eso el modelo no ha funcionado. Por que la gente no se comporta racionalmente. Pero el modelo no ha funcionado porque la gente, se ha comportado, siempre... racionalmente y su modelo no sirve. Le echan la culpa a la gente de que su modelo no sea aplicable ¿Dónde se ha visto? ¿Será que es culpa de los consumidores o del Economista que está utilizando métodos que no son aplicables para estudiar el fenómeno? O como dicen, los agentes económicos son irracionales porque están ahorrando en vez de consumir, osea qué el único listo es el Economistas y las millones de personas están mal.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disiento en una cosa. Sí que se puede obtener una utilidad marginal negativa, siempre y cuando me equivoque.
      Esto no implica que sea irracional, sino que en a la hora de actuar no solo es subjetiva mi valoración de la satisfacción que voy a obtener, sino también el coste en el que voy a incurrir. Y si esa subjetividad mía se reconoce falsa, esto es, que me he equivocado, al final puede ser que esa acción me reporte una menor utilidad que la que tenía previamente, por lo que, por definición, será una utilidad marginal negativa.

      Eliminar
    2. Si no fuera por la existencia de esta utilidad marginal negativa en el consumo de algunos bienes o en ciertas acciones, nunca podríamos decir "no debí haber hecho eso". "No debí comerme esté tercer plato de sopa", "no debí haber aceptado ese trabajo", "no debí haberle dicho eso"...

      Eliminar
    3. La utilidad marginal (gráficamente) tiene una pendiente negativa. Pero la ley de utilidad marginal no es psicológica, sino inserta en la lógica de la acción humana, inserta en la estructura de medios y fines, siendo los fines los que sean y los medios escasos, cuando el sujeto los usa para usar primero los fines que más valora y luego los que menos valora y por tanto las unidades de medios dados a su disposición que para él sean relevantes en el contexto de la acción en que se trate, y estos sean perfectamente intercambiables, cualquiera de ellas vale la primera de las unidades. Por esto, aquí, no existe la utilidad marginal negativa, dado que si estoy buscando (como último fin, comer más allá de la saciedad, estoy estableciendo otro fin más allá de saciarme, pero cambia el ejemplo anteriormente dado en que ya no quiero estar satisfecho, sino, comer más allá de la satisfacción que me genera mayor utilidad "y éste es un número finito" , pero incurriendo en costes). Lo que sucede aquí es que el comer más allá de la saciedad no es el fin, sino el fin es comer más allá). Partiendo de: "No debí comerme esté tercer plato de sopa", "no debí haber aceptado ese trabajo", "no debí haberle dicho eso"... no se incurre en ninguna acción. Pero anteriormente explique los costes de las acciones.

      Eliminar
    4. Primero, no confundir la utilidad marginal decreciente con la negativa. La utilidad marginal decreciente no incumple la insaciabilidad.

      "comer más allá de la saciedad", no es un fin. Ninguna acción es un fin. El fin es obtener un mayor bienestar. La acción, el medio para llegar al fin.

      Dices: Partiendo de: "No debí comerme esté tercer plato de sopa", "no debí haber aceptado ese trabajo", "no debí haberle dicho eso"... no se incurre en ninguna acción.

      No, se refieren a acciones ya hechas. A acciones que esperabas te aportaran un mayor bienestar y, después no lo hicieron. De hecho, te restaron.

      Eliminar
    5. Que conste que yo no me he inventado el término: http://fresno.ulima.edu.pe/wu/wuie_bd001.nsf/Vocabulario/74C7E407AB65164D05257482006FA4DA?OpenDocument

      Eliminar
    6. Con las acciones logramos fines, dicho aquí: http://es.scribd.com/doc/63828744/Mises-Ludwing-Von-La-Accion-Humana-Tratado-de-Economia , aquí: http://www.hacer.org/pdf/Menger00.pdf y aquí: http://www.juandemariana.org/video/4499/lecciones/economia/230310/

      Eliminar
    7. Que con las acciones logramos fines es una obviedad suprema, que nada tiene que ver con el debate sobre la insaciabilidad.
      Y los fines son el medio para obtener un mayor bienestar esperado. Ergo las acciones son el medio para obtener un mayor bienestar.

      Eliminar
  4. También hablamos de un error en el axioma: Básicamente que el individuo no se puede “saciar”, esto es, que siempre va a preferir tener más que menos. Entre dos naranjas o una, prefiere dos. Entre quince pisos o uno, prefiere quince. Hablamos de preferir no de obtener efectivamente, ya que cada producto lleva asociado un coste y nuestra renta es limitada. Y: Es una pregunta que no tiene sentido bajo el axioma de insaciabilidad, puesto que, por definición, nada es suficiente.

    Lo suficiente, o la "saciabilidad", es hasta "estar satisfechos". Dejamos de saciar cosas, cuando estamos satisfechos, dado que, hasta tener 3 coches nos consideramos satisfechos no nos generaría mayor utilidad tendiendo un coche más (Si ya estamos satisfechos). La saciabilidad no depende del número de bienes, sino en la sensación de satisfación-utilidad-saciabilidad.

    ResponderEliminar

¡Anímate a comentar!