23 ene 2013

Coursera, una visión particular


Llevo ya unas tres semanas haciendo un curso de Coursera sobre Teoría de juegos, y el año pasado me animé con algún otro que no pude acabar. Me dispongo a comentar un poco por encima que me está pareciendo este invento. Desearía que todo aquel que haya participado en algún curso pudiera dar su opinión después si se anima.
 Es un curso, pero no lo es.

Una de mis principales motivaciones para entrar en uno de estos cursos era, además de educativa, académica y, también, pura curiosidad. Cuando se empezaron a promocionar se escribió mucho sobre el futuro de la educación y lo que suponía Coursera (y otras web similares que están y seguirán surgiendo), llegando a leer alguna que otra barbaridad fruto de la emoción del momento.

Para mi, al menos tal y como están actualmente dispuestos los cursos, no es, ni mucho menos, una evolución de la universidad a lo 2.0, pero si una evolución más que correctísima, si se supieran mejorar algunas cosas, de los típicos manuales educativos.

Piénsenlo bien, realmente no hacía falta matricularte en una universidad para poder aprender de un tema en concreto, ya sea a nivel general o específico. Los manuales que se utilizan en las asignaturas de las carreras se pueden comprar (aunque valgan una pasta) sin estar matriculado. En esos manuales, se encuentran las explicaciones ortodoxas  del puño y letra de, seguramente, un buen profesional en su materia y, en la materia que lo precise, ejercicios variados para poder ejercitarse y comprobar tus conocimientos.

En Coursera nos encontramos lo mismo. Miles y miles de personas alrededor del mundo escuchando las mismas explicaciones, letra por letra, palabra por palabra. La diferencia es que en vez de estar plasmadas en un libro, son videos explicativos por el profesor que lo imparte. Los ejercicios se hacen por internet y hay exámenes con notas que te permiten más adelante obtener una acreditación de completitud.

Obviamente no es lo mismo. La gratuidad del curso es el mayor avance, por su puesto, ya que pone todos esos conocimientos, que generalmente suele costar bastante adquirir, de una forma accesible y “amena”. Digo amena por el contexto más dinámico e interactivo del proceso.

¿Cómo potenciar Coursera?


En primer lugar, más recursos. Más ejercicios. Más de todo. Al menos en los cursos en los que he estado, faltan recursos para el que quiera ahondar más en un tema. Nos solo de forma intensiva (explicar mejor un concepto), sino extensiva (llevarlo hasta sus últimas consecuencias). 
Si el concepto se queda en simples videos programados para aparecer en una fecha señalada, la cosa no avanzará mucho.

Muchos podrían decir que las clases presenciales de las verdaderas universidades tampoco se diferencian mucho de los ortodoxos y estáticos manuales. Díganmelo a mi, que he tenido que lidiar, como todos, con los típicos maniquíes que solo saben leer sus apuntes o pasar diapositivas.

Las clases presenciales deben servir, sobre todo, para potenciar el aprendizaje a través de una interacción directa, tanto entre alumnos (debates, competiciones, exposiciones…), como entre profesores y alumnos (explicaciones detalladas, dudas, elementos de interés…). Bolonia, al menos en teoría, iba por ahí.
La diferencia entre un elemento estático (manual, Coursera) y un elemento dinámico (profesor presencial, si lo es, claro), es que el segundo es mucho más útil para encauzar, y potenciar las reflexiones (y el aprendizaje en base a estas) de los alumnos.

En segundo lugar, varios niveles de dificultad. Hablamos de cursos interactivos donde aprender. Pero las necesidades de conocer, así como el interés por el mismo, puede variar en diferentes grados.
En una clase universitaria el nivel debe ser igual para todos (otra cosa será debatir si este debe ser bajo o alto). En un curso gratuito, que no va a determinar el futuro laboral de nadie, lo que se debe apuntalar no es la consecución de test que determinen si sabes o no sabes como mecanismo de obtención de un título acreditativo. Lo que se debe potenciar es el aprendizaje en sí mismo. Y para ello, se necesitan diferentes grados que se adecuen a los diferentes alumnos.

Para ello, se pueden poner test de diferente dificultad, que no solo indiquen qué grado de conocimiento tienes, sino que incentiven la reflexión y el aprendizaje de una manera más desafiante.

También se pueden recomendar libros y artículos con más asiduidad que permitan a aquellos que quieran pasar de los videos a algo más serio.

Otro de los problemas lo he visto en los foros. Mucha gente se queja de que no se entera de nada. De que es bastante difícil. Puede parecer algo contradictorio con lo que he dicho anteriormente, pero no es así.

Una de las cosas que sí me gustaron de Courera es que no es tan fácil como yo pensaba. Los cursos no son un simple camino de rosas. La intención de hacerlos lo más “realistas” posibles, entendiéndolos como parejos a los contenidos impartidos por las clases que imparten los propios profesores que dirigen cada curso, hacen que, en un nivel práctico, la cosa pinte, a veces, un poco jodida.
Las explicaciones, no obstante, no son todo lo buenas que deberían.

En un contexto en el que hay apenas unos 40 minutos de video a la semana, la explicación se realiza de una manera rápida y, en ocasiones, muy por encima. Esto hace que ejercicios que son relativamente asequibles se hagan difíciles. No tanto porque sean un reto una vez adquiridos los conocimientos, sino por la falta de estos (a nivel teórico o práctico).
Esto creo que puede ser un lastre que hará que muchos dejen los cursos a mitad. Algo que me gustaría saber son los ratios de abandono y notas, que para estudiar de una forma objetiva este proyecto no estaría mal.

El problema, por supuesto, es la falta de contacto directo entre alumnos y profesores. Sí, se hacen sesiones de videoconferencias. Sí, algunos dan un email. Pero no es lo mismo.

Mi postura una vez probado Coursera, es que una herramienta extremadamente útil si se sabe utilizar y posicionar en su correcto plano educativo.
Creo que se debe dejar de intentar imitar una clase presencial y especializarse en dar contenidos y evaluar de una manera dinámica el aprendizaje sobre los mismos, como una introducción o un proceso perfectamente desarrollado de autoaprendizaje, una guía más que válida para todos a los que nos gusta estudiar y aprender por hobby.

Quien intente hacer otra cosa, me temo que se va a quedar en un quiero y no puedo, insatisfactorio para tanto los alumnos como los profesores.

PD: Huelga decir que no creo que haya dos cursos iguales. Esta reflexión forma parte de lo que creo que sería la forma óptima de un curso en Coursera. Si hay cursos que ya son así, bienvenido sean. 

4 comentarios:

  1. Me gustó el artículo, los MOOC's españoles como miríada X no son muy distintos de hecho son un poco peores en el sentido de que los examenes las preguntas estan por que estan, no es nada dificil las explicaciones son geniales eso si, muestran conferencias de gente importante del tema que se esté dando. Dan bibliografia adicional pero de momento coincido en que no sería la nueva universidad 2.0.

    Pero me encantaría verlos juntos, que los profesores graben sus clases y las cuelguen y no tengan que dar tantas horas, en pos de debates presenciales, conferencias y alguna explicación adicional que crea oportuno.

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    1. Como curiosidad y rectificación, Coursera no es un MOOC, ya que su contenido está protegido con copyright.

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  2. Cursos completados en Coursera sólo llevo uno, pero no coincide mucho con la imagen que se da en el artículo (aunque cada curso depende mucho de la Universidad de fondo y del equipo docente que la imparte).

    Dicho curso, Organizational Analysis, era una copia 1:1 del mismo curso que se imparte en Stanford, hasta el punto de que el límite para realizar los ejercicios de cada tema era la fecha de conclusión de dicha clase. Los vídeos no eran una mera sucesión de diapositivas, sino que el profesor, cuya silueta era visible en todo momento, las complementaba con mucho más contenido, siendo las diapositivas un mero puente conector entre los conceptos.

    Los vídeos semanales duraban de media unas dos horas, y para cada tema se daba una bibliografía complementaria con la que poder indagar más sobre el tema, además de un artículo o lectura asociada al tema correspondiente, que se trataba dentro de las videolecturas.

    Respecto a la evaluación, existían dos vías: La básica, cuya nota se dividía entre el visionado de los vídeos, la realización de los ejercicios de cada tema, un examen final y la participación en los foros (de estos hablaré más adelante). La avanzada sumaba a todo lo anterior el desafío de escribir, durante las 10 semanas que duraba el curso, dos papers relacionados con la materia impartida, cuyo peso sobre la nota era entorno al 40-50%.

    Sobre los foros, no había demasiada gente quejándose, sino que desde el primer momento el profesor animó a la gente a exponer sus puntos de vista, y las posibles aplicaciones de la teoría al mundo real y práctico. Al final de cada tema, el profesor miraba los temas más votados del foro respecto a lo visto esa semana, y grababa una especie de chats desde su despacho en el que mencionaba a los autores de dichos temas y corregía o desarrollaba lo que en ellos se comentaba. Dichos vídeos sumaban hora y media por semana.

    Respecto al temario en sí, lo encontré sumamente interesante, centrándose en los temas importantes y formando con ellos un entramado sólido que relacionaba todo lo enseñado. Esto me pareció increíble, acostumbrado a las clases de la universidad, en los que cada tema es de su padre y de su madre, aquí cada unno parecía muy distinto, pero el propio hombre se encargaba de hacerte ver las implicaciones de lo que estaba enseñando, y de cómo cada tema era igual de importante que el anterior y el posterior.

    Vamos, en resumen: En ningún momento me pareció enseñanza de segunda, ni que se viesen los temas muy por encima, ni que los vídeos fuesen una voz en off y cuatro diapositivas. Al contrario, me resultó una educación bastante mejor que el 80% de las asignaturas que tuve en la universidad

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  3. Bueno, en mi caso los vídeos tampoco eran diapositivas con voz en off, de hecho estaban muy bien realizados.

    Me alegro entonces de que no todos sean así, y de que haya cursos que se asemejen a la forma que, creo, es la óptima. Esperemos que el resto de cursos copien un sistema parecido.

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