Antes
del estallido de la burbuja inmobiliaria y de que empezarán todos los hechos
que nos han llevado hasta la situación en que ahora nos encontramos, España era
un país que se llevaba todos los halagos junto a Irlanda dentro de la Unión
Europea, éramos de la Champions League como decían algunos. Sin embargo, creo que las
alabanzas al modelo económico de España eran desmesuradas, un modelo basado en
el “pelotazo” no es sostenible, ni
ahora ni nunca. Pero, ¿quién quiere cambiar algo, a pesar de que no es
adecuado, cuando las cosas van bien?
Éste
ha sido uno de los problemas de nuestro querido país, cuando estábamos en
condiciones de mejorar, de evolucionar, quisimos seguir en nuestro modelo del
sol y el ladrillo y, ahora nos vemos obligados a cambiar por los (para muchos) malévolos mercados. Yo siempre he creído
que el último y más poderoso factor de cambio es el tiempo; si cuando puedes o debes cambiar no lo haces, al final el
tiempo te obligará de una forma drástica. De hecho, esto es lo que está pasando
en España, cuando pudimos caminar de una forma gradual hacia un moderno modelo
económico no lo hicimos y, ahora, esa inacción nos está pasando factura.
Podríamos
empezar a buscar responsables concretos, a señalar con el dedo a quienes consideramos culpables de esta hecatombe, pero pienso que hacer esto significa seguir en la “antigua” España. Debemos empezar a cambiar
desde ya, debemos creer en nosotros mismos y debemos creer en los demás,
únicamente juntos como sociedad vamos a avanzar. Existe una frase de Albert
Einstein que dice “en medio de la
dificultad reside la oportunidad” es algo así como lo que no me mata me
hace más fuerte, y yo digo, hagámosla nuestra, agarrémonos a ella y miremos
hacia delante, dejemos de volver la vista atrás, dejemos de buscar culpables.
Ahora, es momento de reinventarnos, de mejorar como sociedad y de mejorar como
país.
Debemos comenzar a entender la importancia del capital social; esto es, la cooperación y coordinación entre
individuos para alcanzar un objetivo común. Comprendo que no es fácil ponerse
de acuerdo, pero debemos esforzarnos en llegar a un consenso, debemos pensar
que el todo es más que la suma de las partes. Es necesario que seamos
conscientes de que necesitamos la aportación de todos, que necesitamos buscar
un interés inclusivo que nos ayude a
crecer de una forma sostenible. Es necesario que nos olvidemos de hacer la “puñeta” a quién no piensa igual que nosotros y, en lugar de buscar como
tumbarlo, tratar de, mediante el debate y críticas constructivas, ponernos de
acuerdo. Es difícil, pero no imposible, pues todo es posible sólo que ciertas
cosas tienen más probabilidad de ocurrir que otras.
Otro
factor fundamental para la reinvención de nuestro querido país es la necesaria
refundación de nuestras instituciones, en estos últimos años hecho tras hecho han mermado su credibilidad y se ha puesto de manifiesto su debilidad. Es
necesario que las reformulemos, que las modernicemos, debemos tener claro que
las instituciones importan, ya que
son éstas las que marcan la diferencia. Además, no sólo debemos fijarnos en las
instituciones como organismos o las propias leyes; las pautas de comportamiento,
que incentiven la cooperación, el caminar hacia la prosperidad, el ser mejor
por méritos propios no por zancadillear al rival, son igual o más importantes que los propios
entes económicos y políticos que determinan la actividad. En el libro Why
Nations Fail? se pone de manifiesto la importancia de estas
instituciones en la prosperidad y decadencia de las naciones, y la conclusión
final es lo que ya he mencionado: las
instituciones importan, y mucho.
Así,
para mejorar y reinventarnos no sólo como sociedad sino también como país
debemos mejorar nuestras instituciones, mejorar la educación que las nuevas
generaciones reciben, potenciar la coordinación entre individuos, pensar a medio/largo
plazo; pero, sobre todo, necesitamos voluntad para querer cambiar y progresar
y, la voluntad no es algo que se pueda comprar.
Por tanto, debemos aprovechar la oportunidad que nos están brindando las dificultades que estamos sufriendo y concienciarnos de que podemos y vamos a salir de ésta más y mejor preparados, no sólo como individuos sino como sociedad.
Por tanto, debemos aprovechar la oportunidad que nos están brindando las dificultades que estamos sufriendo y concienciarnos de que podemos y vamos a salir de ésta más y mejor preparados, no sólo como individuos sino como sociedad.
Sí, saldremos de esta, la economía es cíclica y acabará recuperándose. Solo que si no se cambia radicalmente el modelo productivo, saldremos, sí, pero nos quedaremos con un 15% de paro estructural.
ResponderEliminaruuuuyyy,
ResponderEliminarKrissys, un 15%.... seguramente tienes razon y sobretodo la tienes por que no das una fecha :-). En este caso la economia puede ser ciclica, pero la salida de la crisis no es un autobus, el autobus pasa tarde o temprano... solo tienes que esperar. :-)
Jose, podriamos empezar por aprender a conducir.. o a respertar las normas :-) en las vueltras que me he dado por europa he encontrado un comun denominador en los PIGS.... somos los paises donde se conduce con menos respeto por las normas :-)
Es medio en broma pro posiblemente sea representativo de que nos falta una consciencia de Sociedad y que todos somos, individualmente, mas listo que el de al lado, sobretodo si el de al lado es algun tontillo que respeta las normas :-)
Saludos.
Un ejemplo más de que tenemos que cambiar, no sólo el modelo productivo, sino también las instituciones.
EliminarEl respeto hacia las normas o leyes también es una institución, informal en este caso, y muy relacionada con las pautas de comportamiento.
Necesitamos muchos cambios y, ahora es el momento de empezar. Pero para hacerlo tenemos que confiar en los demás y en nosotros mismos. Obviamente, salir de ésta no sólo depende de nosotros, sino también de la UE, pero empecemos por nosotros a cambiar, empecemos a concienciarnos como sociedad y potenciemos la cooperación y la coordinación.
¿Fácil? Lo dudo, pero los desafíos me gustan.
Un saludo.