1 jun 2012

Austeridad para no iniciados

Escrito por Julián P. en El circo del euro



Supongamos un país cuya economía, muy simple, viene representada por la siguiente expresión: 

Y = C + I + G 

Donde Y es la producción (igual a la renta), C es el consumo privado, I la inversión, también privada y G el gasto del Estado (gasto público). Supongamos que la presión fiscal en el país es del 50%, es decir que el Estado recauda a través de los impuestos dicha fracción de todo lo producido. 


Supongamos también que en un determinado período, la producción anual Y –igual a su renta anual-, es de 100 unidades monetarias (um). Siendo como hemos dicho la presión fiscal del 50%, quiere ello decir que de las 100 um de riqueza producida en un año, el sector público recauda 50 um. Supongamos además que el sector público gasta exactamente lo mismo que ingresa, es decir que está en equilibrio, o lo que es igual, el déficit público es cero. El gasto público G por tanto es igual a 50 um. 


Tenemos:

Y = C + I + G = 100 um 

G = 50 um 

C + I = Y – G = 100 -50 = 50 um 

Supongamos ahora que por algún motivo -una restricción crediticia, por ejemplo-, la demanda privada baja a 40 um. Tendremos por tanto que 

Y = (C + I) + G = 40 + 50 = 90 um 

Al reducirse la demanda, se reducirá la producción y en consecuencia la renta, que pasa a ser ahora de 90. Como la recaudación fiscal es una fracción de la renta ( 50%), el Estado recaudará ahora tan solo 45 um. 

Se produce por tanto un desequilibrio en el sector público –un déficit-, ya que sigue gastando 50 um y solo recauda 45 um en la nueva situación. Para compensar el déficit, podría emitir 5 um de de deuda pública y colocarla en los mercados de capitales o reducir el gasto público para tratar de eliminar el déficit que se produce. 

Sigamos suponiendo que por decisión externa, se le impone al gobierno de ese país una reducción del gasto público con el pretendido objetivo de eliminar dicho déficit. Se decretan por tanto una serie de recortes de manera que el gasto del Estado se ajuste exactamente a lo que ingresa ahora, es decir, 45 um. En consecuencia, tendremos que 

Y = (C+I) + G = 40 + 45 = 85 um 

Como se observa, el intento de eliminar el déficit público originado por una contracción de la economía lo que hace es agravar dicha contracción, ya que disminuye la demanda, y en consecuencia la producción y la renta y no elimina totalmente el déficit inicial. Al reducir su gasto a 45 um la economía volverá a contraerse adicionalmente hasta las 85 um, de forma que el sector público recaudará ahora tan solo 42,5 um mientras el gasto se fijó en 45 um, lo que obligará a efectuar nuevos recortes para lograr el exigido equilibrio de las cuentas públicas. Y así sucesivamente, en una espiral de recortes, reducción de la producción (empobrecimiento y aumento del paro), reducción de los ingresos fiscales, nuevos recortes, etc. 

Al final, la economía alcanzará el equilibrio en un nivel de producción y renta muy inferior al existente al inicio de la recesión económica. El país se habrá empobrecido doblemente: primero, por efecto de la crisis inicial y adicionalmente por los recortes en el gasto público que se llevan a cabo para tratar de eliminar el déficit que de forma natural se produce siempre en las recesiones y que tiene más que ver con la reducción de los ingresos y aumento de los gastos del sector público (sobre todo por el aumento del paro y el esfuerzo que en todas las crisies preciso realizar para sanear los bancos privados) que con el pretendido y recurrentedespilfarro.

Con este sencillo ejemplo creo que queda de manifiesto, de una forma simple, la perversidad de las políticas de austeridad como receta para hacer frente a una crisis económica, ya que su efecto es agravarla aún más en vez de contribuir a solucionarla. Justo lo que estamos viendo y experimentando dramáticamente en nuestras propias carnes. 

Si por el contrario, el Gobierno de nuestro imaginario país hubiera optado por unas políticas que, dentro de la necesaria austeridad para no conducir a una acumulación insostenible del volumen de deuda, hubieran perseguido el estímulo de la actividad económica en vez de optar por deprimirla adicionalmente recortando el gasto público, el resultado habría sido la recuperación de los niveles anteriores de riqueza, con el consiguiente incremento de la recaudación por impuestos que hubiera conducido a su vez nuevamente a recuperar el equilibrio de las cuentas públicas. 

PD: Dado el título de este comentario, he querido simplificar la exposición eliminando aspectos tales como la consideración del efecto multiplicador, que en lo esencial no modifica la conclusión final.

1 comentario:

  1. La simplificación más complicada fue poner como ejemplo una economía cerrada. El artículo es bueno.

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