La reciente reforma laboral ha venido a confirmar que el gobierno apuesta por ganar competitividad exclusivamente mediante la reducción de los costes del trabajo. Ha optado por tanto por la vía más fácil y más rápida de ganar competitividad, frente a otras alternativas de mayor futuro y trascendencia a largo plazo, como habría sido apostar mas decididamente por la inversión en I+D, que a pesar de su enorme importancia, cada vez mayor, no se ha visto libre de los recortes impuestos por la actual situación económica. Pero, ¿esto se arregla bajando los salarios?
Un vistazo a las 35 empresas que conforman el IBEX, compuesto por la flor y nata de la economía española, revela un panorama desolador: solo unas pocas fabrican algo; las restantes pertenecen mayoritariamente a los sectores financiero, energético y de la construcción o explotación de infraestructuras o, como el caso de Telefónica, una empresa de servicios de telecomunicaciones que compra tecnología extranjera y se limita a explotarla en los distintos países donde está presente. Aquí poco se fabrica o se inventa.
Pero aquí, además el hambre se junta abiertamente con las ganas de comer. No es solo su reducido número, sino también su pequeño tamaño si las comparamos con empresas industriales verdaderamente globales de otros países.Utilizaremos para la comparación el número de empleados de cada una. Veamos.
Acerinox, dedicada a la producción de acero inoxidable, cuenta con unos 7.400 empleados.
Gamesa, fabricación de aerogeneradores, con unos 7.262 empleados
Grifols, producción de hemoderivados con 11.500 empleados
Indra, empresa dedicada a tecnologías de la información, 30.000 empleados
Inditex (Zara y demás), unos 103.000 empleados.
Tecnicas reunidas, especializada en ingeniería y construcción de infraestructuras para la industria del petróleo y el gas, 4.500 empleados.
Mediaset, producción de programas audiovisuales, 4.800 empleados.
Como vemos, tan solo siete empresas de verdad parecen sobresalir de la deprimente mediocridad. Inditex por su considerable dimensión incluso a escala global, e Indra, la empresa española que más invierte en I+D. Grifols por su parte es líder mundial en hemoderivados y Gamesa, también es líder mundial en su sector. Por su parte, Acerinox ha conseguido en su campo innovaciones que a veces han supuesto auténticas revoluciones en el correspondiente sector. Técnicas reunidas desarrolla algunos proyectos de importancia sobre todo en el sector de la ingeniería del petróleo. Y sobre las producciones de Mediaset evitaremos pronunciarnos.
A modo de comparación, podemos señalar que Italia, con un nivel económico similar al de España cuenta por ejemplo con Fiat, que emplea a casi 200.000 trabajadores. Hyundai tiene 75.000 empleados, Siemens 405.000, Philips 160.000, Volkswagen 370.000 e Intel 82.500. A años luz en casi todos los aspectos de las principales empresas industriales o tecnológicas españolas.
Repito, ¿esto se arregla bajando los salarios? No parece que el problema de España seansolamente los salarios, o indirectamente, la productividad de nuestra economía. Literalmente somos un gigante con los pies de barro, una de las primeras economías del mundo que cada vez que sufre una recesión alcanza niveles de paro escalofriantes y que cuando marcha avelocidad de crucero tampoco es capaz de hacer bajar la tasa de paro por debajo del 15%.
El verdadero problema, como queda -aunque sea superficialemente- ilustrado en este comentario no son pues los salarios (o al menos, no solo los salarios), sino el modelo productivo. Carecemos de empresas capaces de crear, de producir, de innovar, de competir. No poseemos una verdadera industria como Alemania, ni siquiera como Italia. No producimos nada tangible, nada que demanden los mercados internacionales, salvo sol y pepinos. Somos un país de camareros, albañiles, agricultores y montadores de coches fabricados en otro país. con una economía que demanda principalmente mano de obra poco cualificada y que sin embargo consume ingentes recursos en formar a miles y miles de universitarios que en el mejor de los casos están abocados al subempleo y en el más normal, al desempleo. Seguir por el mismo camino supone condenarlos a tener que elegir entre ser camareros o albañiles, pero eso sí, con un título universitario pagado por todos los españoles colgado de la pared.
Dicho de otro modo, no son los trabajadores el problema, sino los empresarios. Una clase¿empresarial ? que apuesta por el negocio sin riesgo (o al menos eso creían ellos hasta ahora): las finanzas, el ladrillo o los servicios (turismo). Pero que carece de espíritu innovador; que rehuye los riesgos y trata de ir solo a lo seguro; que no se atreve a apostar por sectores de futuro que creen riqueza de verdad y empleo duradero y de calidad. Y que por asegurar sus intereses, no dudan en hipotecar el futuro del país, eludiendo el papel y la responsabilidad que les corresponden.
Me parece un gran análisis del problema estructural español; problema que, efectivamente, ahora que mucha actividad pasada ha dejado de tener sentido y la creación de producto ha de, por decirlo así, 'reenfocarse', habría de estar mucho más presente tanto en la opinión política como popular. ¿Por qué creamos una estructura productiva tan mala? ¿Por qué no la frenamos, aun cuando sabíamos que era mala?
ResponderEliminarNo obstante, estaremos de acuerdo en que la reestructuración no se va a fraguar de la noche a la mañana. Hablamos de un proceso de por sí lento que por desgracia, a falta de crecimiento económico, no hace sino demorarse. ¿Qué estructura puede crearse en estas condiciones?
Coincido contigo en que el desempleo no se debe a los salarios, sino a el tejido productivo español. Son muchísimos los países niveles de salarios más altos que, aun ante una recesión global, gozan de una excelente salud económica. Pero saber de dónde viene el desempleo tan solo servirá, creo, para tratar de evitar que 'vuelva a venir'. Conseguir que se vaya requiere un enfoque cortoplacista en el cual, a mi parecer, una bajada de salarios llevaría un papel esencial.
Escribí sobre el tema hace relativamente poco: http://www.econstuff.com/2012/02/si-los-salarios-caen.html
¡Un placer leerte por aquí!