Escrito por Miguel Puente Ajovin en Caótica Economía / @caoticaeconomia
Ya hemos llegado. Han sido varios los artículos que han mirando en retrospectiva la evolución de las cuentas trimestrales de los sectores institucionales (o balanzas sectoriales) y, por fin, hemos llegado al presente. Hoy se presentaban en el INE la evolución de las balanzas sectoriales en el primer trimestre de 2012. Vamos a echar un vistazo gráfico.
En primer lugar, para los
nuevos: ¿Qué son las balanzas sectoriales?
Podéis echar un vistazo a mis
anteriores artículos donde desgrano algo más las consecuencias teóricas y su
evolución durante la crisis). Pero grosso modo, esta publicación trimestral nos
informa de la evolución de la capacidad de ahorro de todos los sectores de la
economía (familias, empresas, instituciones financieras, sector público y
sector exterior), dando cuenta de los recursos y empleos realizados durante el
trimestre.
Puesto que se tratan de datos
estacionales, la comparación hay que hacerla entre trimestres similares. Así,
para los gráficos voy a emplear el primer trimestre de los últimos cuatro
años, y para los datos de crecimiento, el aumento o disminución, con respecto al
dato del primer trimestre de 2011. Empecemos.
Hogares
En primer lugar, la renta
primaria de las familias ha caído en 2.185 millones de euros, un 1,26%. Esta
caída está fundamentada (como veremos más adelante) en la caída en 3.004 millones
de la remuneración a asalariados por parte de las empresas. Junto con un efecto
positivo menor por parte de las administraciones públicas (las familias reciben
un 3,3% menos de éstas), hace que la renta disponible ajustada neta de las
familias haya disminuido un 1,3%.
Y mientras la renta cae, el
consumo de las familias sigue aumentando en 1.820 millones de
euros, un 0,95%. Estamos hablando en términos que no descuentan la inflación,
por lo que el consumo en términos reales ha disminuido. Existe por tanto, un
intento de ajuste nimio en términos reales, pero inexistente en nominales, por
parte de unas familias que no pueden disminuir su gasto. Esto hace que el
ahorro siga en terreno negativo. Pero hay que hacer varios apuntes: En primer
lugar, todos los años en el primer trimestre las familias tienen tenencia a
consumir más de lo que tienen, ajustándose más en los trimestres siguientes. La
tasa de ahorro neto casi siempre ha estado en terreno negativo. Sin embargo, es
la tendencia lo que debería asustarnos, pues ha conseguido que la tasa de
ahorro bruto (que no descuenta la depreciación) haya entrado por primera vez en
terreno negativo. En el computo del año las familias seguirán teniendo ahorros,
pero cada vez menos.
Y mientras el ahorro ha seguido
bajando, las inversiones netas se han estancado. Bajan un 12,3%, sí, pero es
porque de por sí son muy bajas, en torno a los 2.243 millones. En total solo
bajan en torno los 300 millones.
Un consumo más o menos
estancado, unas inversiones que no pueden bajar mucho más y unas
administraciones públicas que han dejado de aumentar su apoyo en base a los
recortes que poco a poco se van a ir implementando, hacen que finalmente la
necesidad de financiación de las familias aumente e 3.946 millones, y llegue
hasta los 12.591 millones de euros. De seguir el ritmo así, las familias
acabarán el año con la mitad de la capacidad de financiación que el año
precedente, y su capacidad para ir reduciendo su deuda (que está en torno al
85% del PIB) habrá disminuido.
Empresas
Los ingresos de las empresas han
podido aumentar en casi 1.954 millones de euros (lo mismo que aumentaba el
consumo por parte de las familias) y los gastos en remuneración a asalariados
han caído en 3.004 millones (un 4%), las rentas de propiedad (pago de
intereses, dividendos…) aumentan un 9,6%
hasta los 14.323 millones y el pago de impuestos se estanca en 3.681 millones
(solo un millón más que el año precedente). La renta disponible de las empresas
por tanto ha conseguido aumentar un 44%, hasta los 12.079 millones.
El aumento de 3.309 millones de
ahorro (basados en la renta disponible neta), junto al estancamiento de la
inversión, hace que las empresas aumenten su capacidad de financiación en 3.384
millones, casi duplicando el dato de 2011.
Aquí podemos ver claramente para
qué sirve atender a esta clase de datos. Sí únicamente mirásemos la capacidad o
necesidad de financiación podríamos tener la tentación de pensar que las
familias son unas irresponsables mientras que las empresas han sabido capear el
temporal y son unas virtuosas del ahorro. Un análisis detallado muestra
claramente la interrelación que existe entre ambas partidas. Los ingresos de
las empresas aumentan por el aumento del consumo familiar. La renta de las
familias baja por el ajuste salarial de las empresas. Podemos concluir, por
tanto, que la mejora en la posición financiera de las empresas se debe al
empeoramiento en la posición financiera de los hogares. Sin una, no podía darse
la otra. Al menos no en el contexto en el que estamos, donde las
administraciones públicas y el sector exterior están estancados.
Podemos ver en un mismo gráfico
la evolución conjunta el sector privado (donde añadimos a las instituciones
financieras).
La suma de los tres mejora,
llegando a un total de 450 millones de euros, una mejora de 2.262 millones que
se debe por entero a las instituciones financieras. De hecho, si solo tomamos a
las empresas y los hogares, la posición financiera del conjunto ha empeorado en 562 millones. Recordemos que la deuda privada es de más del 200% del PIB, y van
a ser necesarios ajustes mucho mayores para ir disminuyendo la posición deudora
de nuestro país. En un contexto de estancamiento y recesión, va a ser bastante
difícil.
Administraciones públicas
Los recursos de las
administraciones públicas han caído en 3.265 millones, un 4,2%. Las fuentes de
estos recursos son la imposición sobre la producción e importaciones (renta
primaria), que conforma en torno al 26,5%, la imposición corriente (sobre la
renta, el patrimonio), que es el 28,8% y las cotizaciones sociales, que son el
44,7%. La primera cae en 3.031 millones, la segunda aumenta en 633 millones
(subida del IRPF), y la tercera cae en 867 millones.
En cuanto a los empleos, estos han bajado en 3.105
millones, en total un 3,36%. Los consumos públicos han bajado en 963 millones y
la inversión en 2.299 millones (un 36%). Las prestaciones y transferencias han
aumentado en 157 millones. Aquí podemos ver claramente los esfuerzos por parte
de las administraciones públicas por reducir el déficit vía reducción de gasto.
Lo que se encuentran, sin embargo, es que la renta acaba cayendo en la misma
cuantía por la reducción de la actividad económica en la que nos encontramos.
¿El resultado?
El déficit de las AAPP se
estanca en el primer trimestre en 14.646 millones (de hecho, es un 1,1%
superior al dato de 2011). Nuevos recortes van a implicar una disminución de
los empleos, pero un verdadero énfasis
en estos implicará descensos en las prestaciones sociales, pues son el 75% de
todos los empleos. Además de seguir intentando aumentar los ingresos públicos,
algo que en el contexto actual va a ser verdaderamente difícil.
Sector exterior
Si bien nuestras exportaciones
siguen aumentando (3.397 millones) y nuestras importaciones caen (721
millones), nuestro sector exterior sigue siendo deficitario, aunque hemos conseguido reducir el
déficit en 2.102 millones ha acabado siendo de 14.196 millones. Está claro que lo único que nos puede
sacar a medio plazo del pozo en que estamos metidos es que España consiguiera
exportar, pero así está media Europa. El ritmo de aumento de nuestras
exportaciones ha bajado, y el ritmo de nuestras importaciones es un reflejo de
la debilidad de la capacidad adquisitiva, más que un reflejo de una verdadera
ganancia de competitividad (que poco a poco vamos consiguiendo).
Conclusión: Balanzas sectoriales
En conclusión, y en base a la
ecuación tautológica por la que el superávit privado depende del déficit
público y el superávit exterior: (S – I) = (G – T) + (X – M), tenemos:
En un contexto en el que hemos
seguido manteniendo nuestro déficit exterior casi intacto, toda mejora por
parte de uno de los sectores implica un empeoramiento del resto. Las AAPP han
intentando mejorar su posición financiera bajando empleos y aumentando
impuestos, pero la disminución en los recursos provista por un empeoramiento de
la actividad económica le impide mejorar su capacidad de financiación. La única
variación notable este trimestre es, por tanto, la producida entre empresas y
familias, nutriéndose las primeras del empeoramiento financiero de las
segundas. Estamos asistiendo a una lucha titánica entre diferentes sectores de
una misma economía por mejorar sus cuentas, sin que al final las mejore el
conjunto. Y las administraciones públicas, lejos de intentar hacer de puente
para una evolución más flexible de la economía, se mete en la lucha.
Y mientras jugamos a la patata
caliente, la economía se resiente. Se anuncian caídas más pronunciadas de la
actividad para los siguientes trimestres y nuevos recortes y subidas de
impuestos…
Espero que a la luz de los
datos, y junto con el análisis trimestral de la evolución de la actividad económica,
os hayáis podido hacer un cuadro mental de la situación por la que estamos pasando. Ese
es mi único propósito.
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