8 ago 2012

Las buenas intenciones de Sánchez Gordillo y sus medios

Escrito por Marina Muñoz Martínez en Libre Argumento.

A estas horas la mayoría sabemos ya de lo acontecido en dos hipermercados de Andalucía: el diputado por IU, Sánchez Gordillo junto al resto de componentes del SAT han invadido/asaltado/sustraído/expropiado/robado (de sinónimos y eufemismos va la cosa) diez carros de comida para entregarlos a los diferentes bancos de comida que hay repartidos por la zona, los cuales, de haber salido bien, y de no estar penado aceptar comida robada en ONGs, habrían acabado alimentando a pobres y parados que no tienen dónde ni qué comer. Desde luego, el fin es loable, pero los medios hacen que no sirvan de nada tan buenas intenciones. 



Antes de comenzar a hacer el desglose quiero aclarar que esto no deja de ser un delito, no sé si aún más grave por ser cometido por uno de los representantes de la población española, el cual debería, al menos, no incitar a desobedecer la ley. Es tan delito como cualquier fraude o asesinato. Con esto no quiero decir que tengan la misma magnitud —es evidente que no es así— sino que el hecho de que los que no queremos justificar tan deleznable acto no significa que no lo hagamos con el resto. Resumido: los delitos, todos, son delitos y los que los comenten han de pagar por ello, sean de izquierdas, de derechas, de arriba o de abajo.


El fin no justifica los medios. Si Sánchez Gordillo quería ayudar de verdad a esos pobres y parados podría haber comprado los alimentos —no creo que le suponga demasiado con lo que cobra—. También podría haber hecho una campaña solidaria o haber puesto en práctica decenas de posibilidades que hay para llevar a cabo ese, como he dicho antes, buen fin. Lo que no podemos permitir es que el "cojamos lo que no es nuestro" del comunismo avance hasta que sea demasiado tarde, o por lo menos, hasta que lo que no es suyo lo sea y se den cuenta de lo que significa, en el sentido en el que hablamos, el tener derecho a la propiedad privada y el conseguir que otros la respeten. 

A veces da la sensación de que con estos actos buscan hacerse los héroes, o alguna cosa por el estilo. Desde luego parece que hacer las cosas legalmente y sin llamar mucho la atención no es lo suyo, véase lo que ha declarado. En la noticia que acabo de enlazar, sin pelos en la lengua, afirma: “no me van a frenar, estaré orgulloso de ir a cárcel cuantas veces sea necesario por este tema, cuantas más veces me detengan más rebelde voy a ser y más rabia me va a dar" y también dice: "por qué no se detiene a Botín y a otros banqueros que roban miles de millones, o muchos gerifaltes de los partidos que han robado a manos llenas". 

Supongo que también se referirá a sus compañeros de partido que dentro de Bankia en la era Rato han salido con los bolsillos bien llenos. A mí esto no deja de sonarme a “pero profe, ¿por qué me echas la culpa siempre a mí? No soy yo solo, ¿eh? Me tienes manía”. Vuelvo a resaltar que con esto no estoy justificando los delitos de nadie, sólo quiero poner las cosas en su sitio, y que no se nos olvide por los grandes, que los robos pequeños o malos actos, si lo prefieren, siguen siendo robos.

La justicia decidirá si hay delito y cuál es la pena —puesto que sólo se considera hurto si la cantidad supera los 400€—, si la hay. Pero si al final el señor Gordillo no tiene que ingresar en prisión ni pagar lo robado me gustaría que si tenía pensado hacerlo una segunda vez supiera que en Cruz Roja hacen lo que él pretendía —repartir comida entre los pobres, no armar un escándalo en un supermercado— de una manera mucho más silenciosa, organizada, legal y efectiva.  No sería justo seguir sin hacer una mención a la cajera que ha sido golpeada cuando los compañeros de Gordillo sacaban esos diez carros repletos de comida. 

Todos somos conscientes de la tirria que le tiene este hombre a las empresas exitosas y que dan empleo. Bueno, más que a éstas, al capitalismo en general. Aunque las condiciones, y aquí no puedo decir nada porque nunca he trabajado en Mercadona, no sean las más óptimas creo que puedo decir sin que me tiemble el pulso que esos empleados tienen derecho a cobrar, y a comer, y por supuesto, a poder comprar esos alimentos. Y digo comprar, no robar

No estaría de más recordarle que esa mujer a la que han agredido también es una obrera. Ahora, no sé si se considerará tan víctima del sistema como del SAT. Quizá los obreros a los que hay que defender por encima de todo sean sólo los suyos.

Sea como fuere, señor, hay otras maneras.

7 comentarios:

  1. Mucha razón en lo que dices. Es necesario darnos cuenta de lo que dices, cualquier delito sea de la magnitud que sea es un delito y, por tanto, debe ser sancionado, cuya sanción seguramente sea acorde a la magnitud del delito.
    Además, también es importante saber que nadie está obligado a darle nada a nadie, por eso cuando se dona cosas se llama solidaridad. Está muy bien no estar conforme con el statu quo y no ver con buenos ojos como ciertos individuos obtienen dinero, pero la solución no es convertirse en uno de ellos "a tu manera" como hace Gordillo.
    Hay una frase de Albert Camus que me gusta mucho, y que en un gran porcentaje de casos es así: "Un esclavo comienza pidiendo libertad y acabar queriendo llevar una corona"

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  2. Un twittero me ha hecho llegar un argumento relativamente coherente en defensa del acto. Te lo comparto, por contrastar - http://www.meneame.net/c/11194112

    La verdad, a mi parecer es un acto cirquense al que su ejecución por parte de un político (y, aún más, el respaldo de algunas personas) convierte en bizarro. Puaf.

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    1. Me parece que está muy bien escrito el post, te felicito. Pero añadiría algo sobre S. Gordillo. Yo creo que lo que él pretende va más allá. Los comunistas tienen ya mucha experiencia en sacarle provecho a las crisis económicas (así es como Allende llegó al poder) y ahora ven el cielo abierto. Lo que S. Gordillo ha hecho está milimétricamente calculado para que genere un gran impacto sin grandes consecuencias. ¿Lo ha conseguido? Yo creo que sí. Mucha gente, como el de ese comentario de meneame, creen que esto servirá para alcanzar esa meta utópica en la que los políticos se juzguen así mismos y Rato vaya a la cárcel. El efecto que esto produce es muy diferente a este mensaje que les han vendido. La gente se va a ir acostumbrando a saltarse la ley. Esto es muy peligroso, porque tal y como tu dices, el fin no justifica los medios. Otro cuento que le vendieron a esta persona es que saltarse la ley puede estar justificado en algunos casos como los de aparheid, etc. Esto es cierto, pero no es aplicable en este caso. Aquí hablamos de saltarnos el pilar que constituye una sociedad en libertad: el derecho de propiedad, el derecho a no poder quitarte lo que es tuyo.

      La forma hábil en la que entrelaza verdades y mentiras esta persona, demuestra que la izquierda está hilando fino. Atentos a lo que nos queda por ver y sus consecuencias.

      Un saludo

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    2. Germán, respecto al enlace: yo no discuto de la legalidad, está claro que es ilegal. Robar, punto. Lo que digo es que fuera cual fuera su fin —abrir debate, dar comida a los pobres— hay otros medios. No creo que su fin fuera desobedecer por desobedecer. Siendo Gordillo no me extrañaría que fuera el de subvertir el sistema o derrotar al capitalismo (?). Si eran estos últimos desde luego que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que la vía más inteligente y rápida NO es robar en un Mercadona y agredir a una cajera.

      Gracias por el comentario.

      Eva, muchas gracias por tu comentario. Está claro que ahora viene lo que ha venido viniendo en todas las crisis económicas: delirantes cantautores llorando a lo que conocieron, añoraron y ahora se ha ido, comunistas felices creyendo que esta vez sí han ganado y pobreza. Espero que, al menos esta última, no vengan con muy fuertes.

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    3. Bueno, una cosa sí ha conseguido: Publicidad. No es baladí tampoco.

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  3. ¿Y nadie menciona el hecho de que Mercadona se ha hecho famosa por cerrar los contenedores en donde tiraba la comida que le sobraba? Creo que es significativo porque Sánchez Gordillo y los suyos han escogido mercadona precisamente por eso. De hecho en fechas previas Mercadona fue noticia porque se negó a ceder la comida que tiraba a una ONG que se lo solicitó por escrito: http://granadaempresarial.com/mercadona-tira-la-comida/. La noticia es de mayo y la respuesta de los responsables de mercadona a la ONG es que “por una política de empresa, por no depreciar la calidad de sus alimentos, los tiran a la basura. Quien quiera que los coja de ahí”. Hace poco decidieron cerrar los contenedores, por lo que ni siquiera esa opción dejaron.
    Ese es el contexto. lo de cerrar los contenedores es coherente con la forma de pensar y la estrategia de Mercdona; no se trata de un hecho aislado. Además tanto con sus proveedores como con sus trabajadores son bastante malotes. Esa violencia es menos perceptible pero existe: en que no renuevan a un empleado por pillarse una baja por haber sufrido un derrame cerebral (http://youtu.be/6kpY9As3Cy0)
    Y ahora resulta que lo noticiable es que Sánchez Gordillo se lleva unos 400€ en comida para entregarlos a una ONG. Claro que se trata de una estrategia de la izquierda, y claro que se busca llamar la atención, y ojalá cunda el ejemplo.
    El hecho de descontextualizar y remitir a un hecho aislado hace que no podamos entender nada, es necesario remitir a las causas para entender el por qué de la acción.

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