A raíz de una conversación en twitter con Miguel y Jose Luis sobre por qué se mantienen normas que impulsan a mantener inflado el precio de la vivienda me he acordado de un ya viejo artículito, no publicado, sobre un concepto que creo que os podría gustar: La maniobra Titanic. Me interesaría mucho conocer vuestras opiniones sobre ella:
(Nota, reincido en que tiene ya un tiempo y recuerdo que no llevo mucho tiempo en esto del blogueo, porque supongo que se notará en mi forma de escribir).
Cuando el capitán del lujoso 'Titanic' se percató, para su desgracia, de que la probabilidad de impacto contra un iceberg cercano era máxima, tomó la decisión de actuar. ¿Y cómo lo hizo? Buscando salir indemne del incidente: Ordenó al timonel que emplease todo su talento en desviar la trayectoria del barco y frenó cuanto le fue posible los motores, puesto que una velocidad menor le ayudaría a facilitar la maniobra. El resultado, de sobra es por todos conocido: El hielo impactó en la parte más débil del cascote, condenando por completo toda posibilidad de flote. Los estudios sobre lo acontecido indican que, sin lugar a dudas, todo hubiese salido muchísimo mejor de haber provocado una colisión frontal, a la que estaba abocado el barco antes del viraje.
No es muy distinto lo que está sucediendo en la eurozona. Desde el momento en el que se inició la crisis y se contempló la diferente manera en que la padecían los distintos países de la misma, todas las voces críticas se aunaron en considerar que la respuesta no se encontraba en las medias tintas: Si la zona euro quería compartir moneda, se hacía indispensable que también compartiera gobierno y, si no estaban dispuestos a esto, sería mejor optar por una desagregación monetaria. Pero los políticos optaron por el optimismo, el populismo y los paños calientes desatendiendo todas estas voces y buscando la maniobra que les hiciera salir indemnes. ¿Cómo explicarlo? El Titanic, señores gobernantes, está sentenciado al choque, y todas las maniobras que se tomen en tratar de evitarlo sólo retrasarán el impacto, a costa de convertirlo en mucho más brutal.
Así, cuando la deuda de los países se disparaba y todos pensábamos que, de una vez, la situación había llegado a su límite, llegaron el BCE y el FMI, inyectaron dinero para esquivar el golpe y se quedaron satisfechos mientras los países implicados, si bien no habían quebrado, seguían hundiéndose en su cenagal particular. La prima de riesgo ha vuelto ahora a dispararse, hasta el punto de obligar a #Merkozy y Monti a convocar una reunión de urgencia. Si de esa reunión surgieran conclusiones determinantes (aka unión fiscal) empezaríamos a reaccionar contra una situación que hubiese sido mucho más controlable hace ya la friolera de cuatro años. Mas todo indica que los capitanes, una vez más, optarán por pedir al timonel un viraje sin probabilidad de éxito. El euro sobrevivirá un par de meses más, y así... hasta dejar de poder evitar el golpe.
Lo peor de todo es que, hoy por hoy, la alternativa natural de optar por una desagregación monetaria implicaría un total colapso de sistema: Y también en este aspecto la capacidad de respuesta que supondría esa salida se enfrenta a un agujero negro cada día más grande. Cada segundo cuenta, y son ya demasiados los que han escapado por el retrete.
Si supiera algo más de economía, creo que aconsejaría a todo el mundo que considerase emigrar a Suecia, Inglaterra, USA o Latinoamérica. Me refugio en que sigo siendo un estudiante con una capacidad de información relativamente escasa y me limito a aconsejar que... tengan las maletas preparadas. No es que quiera ser catastrofista, pero si de la susodicha reunión no surge un cambio radical e inminente, el impacto consecuente va a ser muy, pero que muy fuerte.
Vaya final más melodramático (eran los tiempos del #vamosamorirtodos), pero por el resto mi opinión no ha cambiado demasiado.
ResponderEliminarEs que #vamosamorirtodos...
EliminarEl problema de lo acontecido con el Titanic, es que no se sabrá nunca si chocando de frente se hubiese evitado el desastre. Lo último que he visto del tema en el National Geografic es que la culpa de la fragilidad lateral del casco estaba en los remaches o tornillos que unían las planchas de acero al barco, las cuáles eran de mala calidad, y por tanto, se rompieron con facilidad. Si las uniones de las planchas de acero hubieran estado correctamente ensambladas, posiblemente no habría pasado a las historia como la mayor tragedia marítima. Un choque frontal siempre es más peligroso que uno lateral, o al menos hay más posibilidades de salir ileso. Pienso que en economía es igual.
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