Una de las nociones que se explican en los primeros cursos de economía es la del multiplicador del gasto. De lo que nos informa este multiplicador es sobre cuanto va a aumentar la actividad económica tras el aumento del gasto público. El problema es que de un componente básico del debate y la lógica económica nos dejamos por explicar ciertas cosas muy interesantes que son necesarias para matizar un concepto tan importante.
La explicación más sencilla y básica y, a menudo, única que
se da es la siguiente:
La producción total (que es también la renta total) se puede
descomponer en consumo, inversión, exportaciones netas y gasto público. A su
vez, el consumo depende de la renta, de forma que, si aumenta el gasto público,
estaremos fomentando que aumente la producción y por tanto la renta y, al
hacerlo, estaremos también fomentando el consumo, de forma que al final el
incremento total de la producción es superior a la del gasto público. La
ecuación final se matiza mucho más incorporando una estructura más compleja por
parte del sector privado (ahorro, impuestos, importaciones). La pregunta,
entonces, es sencilla: A la vista de los datos, ¿el multiplicador es inferior o
superior a la unidad?
Y entonces se hacen análisis econométricos y empíricos y
gráficas de correlación y cogiendo unos datos u otros, un paper te dice una
cosa y otro te dice otra. El problema, y para mi importante, es que si bien se
matiza mucho la estructura del consumo privado, se homogeneiza todo el consumo
o gasto público. A la hora de hacer una correlación se introducen dos datos de
aumento del gasto público de dos países diferentes suponiendo que el efecto
debería ser el mismo, y aun con la misma estructura privada, esto no tiene
porqué ser así. El cómo estructura el gobierno el gasto público importa. Tanto
a la hora de aplicar el gasto como a la hora de financiarlo.
Partiendo de la ecuación básica:
Y = C + I + G + X - M
1º: No todo gasto aumenta la producción.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no todo el
gasto público incrementa directamente la producción. Si el estado gastara
doscientos euros más por habitante en comprar ipads (por poner un ejemplo
extremo), toda la renta acabaría en el exterior. Habríamos aumentado el gasto
público (G) y, a la vez, las importaciones (M). De forma que la producción y la
renta, no varía.
Se suele incorporar el hecho de que los consumidores, una
vez que tengan más renta, si aumentarán sus importaciones, pero no el que el
gobierno puede, de manera directa, aumentarlas.
Aquí el tipo de gasto público que se realice, por tanto, es
fundamental.
2º: Crowding out.
Otro elemento que sí se suele utilizar más del lado
contrario es del crowding out. El hecho de que el gobierno debe financiarse
para realizar el gasto.
El argumento es que si el gobierno está captando fondos o
ahorros de los españoles que, de no ser captados, habrían sido invertidos en
España, entonces todo aumento del gasto público (G) llevaría aparejada una
disminución de la inversión privada (I), de forma que la producción y la renta,
no varía, tampoco.
En un sistema monetaria moderno y con soberanía monetaria
esto no sería un problema, puesto que la oferta monetaria se determina de
manera endógena y no por las reservas o el ahorro previo, pero otros casos,
como el de Grecia, no son tan benevolentes, ya que si el BCE no nos quiere
prestar directamente a precios razonables, ni tampoco admite la deuda pública
en posesión de los bancos como colateral, que el gobierno se financie puede no
ser neutro.
El efecto del gasto público puede ser, por tanto, muy
diverso. Puede que capte ahorros privados y los dedique a gastarlos importando
(lo cual afectaría negativamente a la producción). Puede que capte ahorros del
país y los dedique al mismo país o que no haya efecto crowding out pero lo
gaste todo importando (de forma que no afecta ni positiva ni negativamente), o
puede que obtenga créditos del BCE y los dedique al propio país (por lo que
afectaría positivamente a la producción). Comparar dos gastos públicos
únicamente mediante el dato total y bruto no es correcto, puesto que si son
heterogéneos el efecto que realizarán será distinto y la estructura o función o
curva o correlación que encontremos no tendrá ningún sentido económico, sino
meramente estadístico (relación espuria). Imagínense que estudiamos el efecto
en la satisfacción de consumo de helados por parte de un mismo individuo. Le
damos primero un helado de fresa y luego dos de tierra (absurdo, sí). Si
tomamos los helados como entidades homogéneas, podríamos establecer un gráfico
donde el nivel de satisfacción sería mayor con el consumo de un solo helado que
con el consumo de dos helados (porque eran de tierra). Conclusión: Consumir más
helado nos satisface menos.
En definitiva, no creo que exista ni empírica, ni
teóricamente, un “multiplicador del gasto” tal y como está planteado de manera
teórica y, en el caso de España, no tendría mucha diferencia (teórica) con lo
que podría ser el “multiplicador del consumo privado”. La diferencia, está en
la estructura y el propósito. Un buen gasto público debe basarse, sobre todo,
tanto en servicios como en la ayuda directa a las personas (o como pide la MMT,
un Job guarantee). Proyectos más megalomanos, sobre todo dada nuestra
estructura enérgética, pueden acabar potenciando aun más nuestro deficit exterior.
PD: Otras criticas al gasto publico se
ofrecen desde el punto de vista productivo. Si la inversion pública la podría
haber realizado el sector privado e introducimos el argumento de que éste es
más productivo, por motivos de competencia. No lo comparto al 100% pero hay
casos donde puede darse.
PD2: Sobre la inexistencia del efecto
crowding out podeis leer este extensor artículo.
PD3: Ahora mismo la estructura de nuestro gasto público se
basa en el gasto social, que van directamente al sector privado. Los gastos
ministeriales y la inversión pública, han estado disminuyendo.
PD4: No dejen de leer esta entrada de NadaesGratis sobre el multiplicador.
Muy de acuerdo en líneas generales con el artículo,y con que el gasto público debería centrarse únicamente en ayuda directa a las personas. (No estoy de acuerdo con la Job guarantee: Un trabajo público estaría creando riqueza sólo si tal trabajo genera beneficio. Inicialmente podría ser más fácil encontrar trabajos productivos públicos, pero luego se iría haciendo más complicados hasta llegar a tener que poner trabajador. Por no hablar de que el incentivo a trabajar en otra cosa y tener a la vez un JG estaría ahí. No termino de verlo.)
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