14 ago 2012

Sanidad pública y eficiencia


Queda cada vez menos tiempo (1 septiembre) para que sea retirada la asistencia médica pública a los inmigrantes irregulares como anunció el gobierno en el mes de abril. Una de las justificaciones en las que se basa la retirada de la asistencia es que muchos de estos inmigrantes se aprovechan del sistema y, además, no pagan impuestos que ayuden a financiar el sistema del que se aprovechan.  

Este anuncio no es la única medida que la ministra de sanidad Ana Mato tiene intención de llevar a cabo con el objetivo de recortar el “excesivo gasto sanitario “del que nuestro país hace gala, tratando de lograr un recorte de alrededor de 7.000 millones de euros. (En este informe de la OMS se puede observar con detalle los sistemas sanitarios mundiales.)

Ahora bien, por partes. En primer lugar, creo acertado la iniciativa de la ministra de afrontar el turismo sanitario y los problemas que éste lleva acompañado. Es necesario establecer límites a este tipo de viajes o, al menos, establecer acuerdos con otros países que permitan a los españoles disfrutar de los mismos privilegios en otros países en cuanto a asistencia médica. La principal razón que puede justificar este intento de evitar esta clase de turismo no es otra que la sostenibilidad del sistema sanitario y evitar comportamientos de freerider. En la misma línea, debe establecerse algún tipo de mecanismo informativo (e.g. una factura) que ayude a que todos los individuos conozcan realmente el coste de la sanidad y que del mismo modo contribuya a disuadir a los potenciales pacientes a realizar visitas innecesarias. Es de suma importancia mejorar la eficiencia de nuestro sistema sanitario de modo que este sea sostenible a largo plazo, y la mejor forma de hacerlo es a través del establecimiento de instituciones de diversa índole que contribuyan a una mayor concienciación de la sociedad y evitemos tanto comportamientos oportunistas (turismo sanitario) como el mal uso del sistema de salud.

En la misma línea de buscar la sostenibilidad del sistema sanitario, debe ir la modernización del modelo de compra de medicamentos por parte de los hospitales. Una central de compras, en la dirección que tiene en mente el gobierno, ayudará a aprovechar las economías de escala abaratando el coste de los medicamentos, gracias a que las compras se realizarán en lotes de mayor tamaño. Es obvio que en España debemos tener muy presente la sostenibilidad del sistema sanitario consecuencia de la estructura demográfica que presentamos. Pero de la misma forma que es necesario pensar en la sostenibilidad del sistema a largo plazo es igual de importante pensar en las externalidades negativas que pueden generar determinadas decisiones que tienen como propósito buscar el objetivo principal de hacer el modelo sanitario sostenible. (La definición formal de externalidades se refiere a los efectos externos que pueden tener las acciones o decisiones de uno o varios agentes sobre el resto de la sociedad pero por el que no se paga o recibe una compensación)
.
Así, la retirada de la sanidad pública a inmigrantes irregulares podría ser considerada como una externalidad negativa, puesto que, a pesar de que no todos los afectados tendrán enfermedades contagiosas o potencialmente perjudiciales para el resto de la sociedad; podría darse el caso de que un número relevante de pacientes tenga una clase de enfermedad ─física o mental─ que pueda afectar a la integridad del resto de la sociedad, por tanto se observarían los efectos externos negativos de la decisión de retirar la asistencia sanitaria a personas enfermas. Por supuesto, a los individuos que se les retirará la asistencia serán individuos que no aportan nada a la financiación y que sí se “aprovechan” del mismo; sin embargo, también es cierto que retirar dicha asistencia puede tener efectos sobre la eficiencia no sólo del sistema sanitario sino también sobre la cohesión social.

La economía del Bienestar, de la mano de Pigou principalmente, ha modelizado y demostrado cómo la presencia de externalidades negativas afectan a la eficiencia del equilibrio competitivo de modo que éste deja de ser óptimo en sentido de Pareto; esto es, existe alguna otra asignación en la que podamos mejorar a uno o varios individuos sin empeorar al resto. El resultado que extrae la economía del Bienestar puede ser perfectamente extendido a los efectos que puede tener retirar sin contemplaciones la asistencia sanitaria al casi medio millón de inmigrantes irregulares que hay en nuestro país y, de igual modo, podría extenderse a la problemática que puede traer aparejada la implantación del copago sanitario sin un análisis adecuado y objetivo a largo plazo.

España se encuentra ante una coyuntura económica nada favorable, el desequilibrio en las cuentas públicas hace que tenga que ajustar cada vez más el cinturón y deba pensar casi única y exclusivamente en la sostenibilidad financiera, sin embargo, a pesar de las dificultades, es imprescindible que las decisiones que sean adoptadas se hagan basadas en un preciso análisis coste-beneficio, de modo que no haya que lamentar lo decidido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Anímate a comentar!