22 abr 2012

La historia de nuestras ciudades (II): Uruk

Escrito por Miguel Puente Ajovin en Caótica Economía / @caoticaeconomia


Siguiendo la lista de las ciudades más importantes en la historia, hacemos una segunda parada en el tiempo para ir a Uruk, la más grande en torno al 3.500 a.C, situada en el verdadero Edén del génesis bíblico. Siendo además el icono y la principal fuente de información del periodo Uruk, al que da nombre.

Uruk, proviene de “Erech”, que significa “lugar de extracción”. Situado en la Mesopotamia, a los bordes del antiguo rio Éufrates. Rodeado de grandes areas fértiles, Uruk estaba en un idílico lugar en el que poder desarrollar su potencial urbano. Esto favorecería la sobreproducción agraria, lo que permitía dejar libre la mano de obra necesaria para que una parte de la ciudad pudiera dedicarse a la artesanía, el comercio (potenciado por la presencia del Tigris y el Éufrates) y, finalmente, el desarrollo de una escritura (la primera de la historia) y una organización mucho más moderna.

Su fundación es aun más antigua. Data en torno al 5.000 a.C, cuando dos asentamientos se fusionaron, dando lugar a una dualidad urbana y religiosa, el distrito Kullaba (o Anu), y el distrito Eanna, que eran dedicados a los dioses Anu (rey de Dioses) e Inanna (su hija, Diosa de la fertilidad, el amor y la guerra). Es realmente curioso el hecho de que fuera una “fusión” entre Dioses sumerios el que diera lugar a una de las primeras urbes de la civilización, casi poético.

Los dos distritos se diferenciaban bastante en sus propias construcción urbanas. Eanna era un compendio de templos y construcciones públicas, rodeadas de acueductos y jardines. Anu, en cambio, era una simple terraza dedicada al Dios que le daba su nombre. Más adelante se construyeron templos, pero no parece que su uso fuera más allá del religioso. En números, Eanna llegó a contar hasta un total de veintiséis estructuras, entre templos, cortes, habitaciones y baños públicos… Anu solo contó con dos templos (si bien eran los más importantes).


La estructura urbana de Uruk es una muestra genérica de la distribución sectorial de casi cualquier ciudad. Las construcciones públicas y comunes en el centro no eran solo una muestra de la expansión posterior y circundante de la ciudad. Contra más grande se hacía la urbe a su alrededor, mayor era la demanda del centro urbano para un uso común, para lo cual se destruían y volvían a construir templos enteros y se disponía de construcciones comunales. El punto de unión, comunicación y comercio ha estado casi siempre asociado al propio centro urbano que, antes de dividirse en un sistema policéntrico, tiene a aumentar más su densidad. Incluso tras la fusión de estos dos asentamientos solo podemos hablar claramente de un centro público, por lo que las fuerzas que tienden a aglomerar la actividad ya estaban presentes. Estas construcciones no son muy comunes en las primeras etapas de la humanidad, básicamente porque la cantidad de gente necesaria para la organización, logística y decoración no suele estar disponible más que para proporcionarse su propio alimento.

La economía se mantiene como una de las bases del avance de la civilización, pues fue esa necesidad logística, derivada del uso del propio suelo público para guardar bienes (y, parece ser, poder redistribuirlos), la que impulsó la necesidad de una contabilidad primitiva que fue la base de la escritura pre-cuneiforme. Podemos decir que la escritura surgió por la necesidad organizativa dentro de una aglomeración necesariamente ordenada como es la ciudad.

Obviamente, este proceso necesita de una cierta institución que lo organice, presumiblemente el propio templo y los lideres religiosos. Y, puesto que el proceso de escritura y logística es una especialidad que seguramente no fuera muy concurrida, podemos encontrar al menos cuatro estamentos sociales: Agricultores, artesanos, administradores y líderes (religiosos y, más adelante, Reyes).

La ciudad propiamente dicha se compondría de la urbe a su alrededor, los hogares, centros artesanales y gremios (constructores, curtidores, roperos, escultores, joyeros, carpinteros, panaderos, alfareros y sí, también prostitutas) capaces de albergar una población total de entre 30.000 y 50.000 habitantes una vez que creció de unas 80 hectáreas hasta las más de 400 que tuvo en su momento álgido (mas allá del 3.000 A.C.). Después, un anillo agrícola bordeaba toda la ciudad y proporcionaba el empleo y el alimento necesario para la ciudad, al menos en un primer momento. Una vez que fue amurallada (la fortificación era necesaria para su defensa), el crecimiento siguió su ritmo, aumentando la propia congestión de la ciudad que acabó como un laberinto de estrechas calles, a menudo sin salida.

Y lo cierto es que, parece ser, Uruk consiguió atraer una gran cantidad de población de otras ciudades (solo así se explica su rápido crecimiento) y es que incluso se hacía publicidad par atraer gente con eslóganes que recalcaban la protección o el mayor bienestar. La gran cantidad de ciudadanos hizo que la ciudad se especializará más en la artesanía y el comercio, dejando que fueran ciudades vecinas las que se encargarán de la agricultura, que luego compraban. Algo así como el patrón “núcleo-periferia” que describe la nueva geografía económica, pero a una escala inferior (aunque quizás no tanto en términos relativos). De hecho, surgieron ciudades también bastante grandes (aunque menores a una cuarta parte de su tamaño) en un radio no muy lejano, e incluso pudieron aumentar tanto su poder como para poder colonizar e invadir ciudades más lejanas que les permitieran incrementar su poder comercial (muy pacífica no parece que fuera).

Con el tiempo la organización se hizo más estable y con ella llegaron los líderes, es decir, la figura del Rey. Quizás el quinto de ellos sea el más conocido, Gilgamesh, por ser también una figura heroica que protagoniza la que es la primera obra literaria escrita: “Epic of Gilgamesh”, que entremezcla la presencia del Rey con los propios dioses mientras combate contra bestias y (spoiler alert), acaba aceptando su propia mortalidad a pesar de haber querido escapar de ella. La historia también ha podido servir para comprar las descripciones vertidas sobre la ciudad con los hallazgos arqueológicos, aunque fue escrita mucho más tarde, convirtiendo una figura real en la leyenda desproporcionada que acabaría llegando hasta nuestros días.

Parece ser que Uruk acabó teniendo el mismo destino que su predecesora, Jericó. La explotación agraria a través de regadíos sin tener en cuenta el proceso de salinización (por el cual el agua va dejando sales en la tierra que acaban mermando su fertilidad), dejó la zona como un simple desierto del que los sumerios (esto fue bastante extendido) tuvieron que huir. La explotación de los recursos hasta sus últimas consecuencias de forma no sostenible parece ser una de las grandes causas del declive de los grandes imperios y, Uruk, la primera ciudad que, posiblemente, se convirtió en uno, no escapó de este fatal destino.

Para finalizar les dejo con un pequeño pasaje del mito de Gilgamesh:

“Estudia el ladrillo, estudia la fortificación, sube la antigua escalera hasta la terraza [de Anu], estudia como está hecha. Desde la terraza podrás ver los campos cultivados, los estanques y arboles frutales. Una liga [un tercio] es el centro urbano, otra los huertos, y otra, más campos cultivados.” 

"Oh Poderoso Rey, recuerda ahora que sólo los dioses perduran en eterna vigilia. Los humanos vienen y van, esa es la manera en que el destino lo decretó en las Tablillas del Destino. Así que algún día tú partirás, pero hasta ese lejano día, Canta, y baila. Come hasta saciarte de comidas calientes y de jarras frías de cerveza. Cuida los hijos a los que tu amor les dio vida. Limpia el polvo de la vida con aguas tibias. Pasa el tiempo alegremente con tu esposa escogida. En las Tablillas del Destino se ha decretado para ti el disfrutar pocos placeres en tus pocos días."


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Fuentes:




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