6 abr 2012

Presupuesto y prima de riesgo

Escrito por Juan Ignacio de Juan en El Economista Perplejo

Este economísta perplejo está a punto de cambiar su nombre y pasar a llamarse El Economista Indigando. Resulta que hace más o menos un mes y medio escribí lo que nos está ocurriendo, después de las intervenciones orales de los miembros del gobierno. En dos post del 14 y del 16 de febrero (La Prima de Rajoy y Ahora También la Prima de De Guindos) vaticinaba la reacción de los mercados a la política que se estaba poniendo en marcha. Porque si uno analiza la reacción de los mercados, sin la camisa de fuerza de los datos encima de la mesa y únicamente con el conocimiento económico y la lógica de los acontecimientos desde junio de 2011, se da cuenta de las peticiones del mercado, que no tienen nada que ver con las decisiones políticas que se están adoptando desde la Unión Europea ni con la situación económica particular de los países europeos. Por ejemplo, cuando se aprobó incialmente el segundo rescate griego se introdujo un término que gustó mucho a los mercados: se dijo que la solución a Grecia pasaba por la reestructuración de la deuda y una especie de Plan Marshall para ese país. Y los mercados reaccionaron con euforia, con fuertes subidas de las bolsas y bajadas de las primas de riesgos de los países periféricos. Luego la realidad cambió y los mercados reaccionaron mal, dejando prácticamente invariable la situación con dudas muy altas.



Otro ejemplo lo presenta España. Con el presupuesto aprobado, alabado por Europa por ser restrictivo y tendente a la austeridad, que ataca caulquier atisbo de recuperación de la economía y que castiga de forma imprevista todas aquellas partidas que podrían significar una mejora de nuestra capacidad productiva (becas, I+D+i, formación de los parados, etc), los mercados se han puesto nerviosos y todos nuestros indicadores de riesgo se han incrementado. Además, todo esto se ha visto alimentado por las declaraciones de nuestros responsables económicos, que no hacen más que decir que estamos en una situación crítica. Y Yo me pregunto: si voy al banco y le digo al director que quiero un crédito porque estoy en situación crítica y encima voy a perder ingresos durante este año y el siguiente ¿me darán el crédito? La respuesta es que no, que me mire con cara de incredulidad y me digan que el departamente de riesgo de la entidad no aprueba el crédito. Pues a los mercados les estamos diciendo eso precisamente, que nuestra situación económica es crítica y que encima vamos a ir a peor en los próximos años. Y  pretendemos que continuen apoyándonos y dándonos dinero. De ahí que la prirma de riesgo se haya disparado en estos días.
Qué podemos hacer? De momento, estar callados. Que nuestros ministros se vayan de procesiones las siguientes 104 semanas y no digan nada, por favor. Cada vez que hablan, mal. Así que, mejor calladitos. O cesados, que sería mejor. Después hacer las cosas bien, que hasta el momento no estamos muy afinados en las medidas. Analicemos.
La reforma del sistema financiero todo el mundo que piensa un poco se ha dado cuenta que no sirve, que se queda corta. Con 50.000 millones de provisiones adicionales, que es en lo que se trasluce todo, no es suficiente; se necesitan otros 100.000 millones adicionales y de forma urgente, porque estamos ocualtando el problema más grave del sistema financiero y es que sólo una entidad necesita 45.000 millones si alguna vez se dice la verdad. Y las fusiones que se están produciendo no mejoran la situación, sino que vamos creando bancos zombies cada vez más grandes y amplificando los problemas. Si tanto estamos siguiendo la política que nos marcan desde Europa, hagamosles caso y pidamos el dinero necesario al Fondo de Estabilidad y acabemos de una vez con el problema limpiando los balances de los bancos, especialmente de las cajas de ahorro. Y hagamos algo distinto, que lo planteado no vale. Creemos un banco malo, con determinadas ayudas legislativas europeas, como por ejemplo que eso no compute en el déficit, y que los bancos empiecen a funcionar, que en la actualidad están paralizados totalmente. Suecia demostró en los años 90 que del banco malo se pueden obtener beneficios si lo gestionamos bien y se produciría un alivio de la situación de muchos miles de personas dado que los bancos así podrían prestar dinero sin ningún problema.
Cambiemos el presupuesto en el trámite parlamentario. Como ya apunté, el demonio de los ajustes se encontraba en los detalles y, la verdad, éstos son muy malos. Aparte del revanchismo que se vislumbra en las cifras, que no es pequeño, se abandona todo aquello que nos puede provocar un crecimiento en el futuro no ya a corto plazo, sino a medio y largo plazo. Es de locos que el presupuesto abandone la posibilidad de cambiar nuestro proceso productivo con la disminución de la inversión en I+D en un 25%. Si ya invertíamos poco y estabamos expuestos a lo que otros hacían, pagando ingentes cantidades de dinero por las patentes que teníamos que comprar, ahora será peor. Y nuestra dependencia se incrementará. Pero esto es, como ya he apuntado en otras entradas, pura ideología del gobierno. Es imprescindible que invirtamos en la generación de conocimientos con la formación, luego no debemos reducir las becas tal y como se plantea en los presupuestos. La gran etapa de crecimiento que hemos tenido hasta ahora se fundamentaba en la mejora de nuestros índices educativos. Y, por último con respecto al presupuesto, no abandonemos a su suerte a los parados de larga duración. Si el sistema de formación no funciona, reformémosle, no quitemos el dinero. Es, otra vez, pura ideología del gobierno. Siempre cuento en clase una anécdota de la época de Reagan cuando daban clases de economía al resto del mundo, donde se nos decía que para que una persona encontrase trabajo estando en paro había que dejerle sin ninguna asistencia y así saldría de esa situación. Pues esta medida me recuerda a eso que nos vendían en los años 80: la idea que se vislumbra es la misma que la transmitida por los conceptos que llamábamos reaganomics.
Hay que cambiar de paradigma económico urgentemente. La idea de que la retirada del sector público va a ser cubierta por el sector privado y que la consolidación fiscal va a generar crecimiento por la aparición del sector privado se está demostrando falsa en estas circunstancias, y eso no es ideología particular, son datos actuales. Con lo cual, hay que actuar de forma drástica en la estructura legislativa de nuestras instituciones europeas. Empezando por el Banco Central con sus limitaciones impuestas desde la alemania de la hiperinflación. Si analizamos el diferente comportamiento de EE.UU y de Europa en esta crisis vemos que la gran diferencia en las medidas tomadas está en la actuación de la Reserva Federal, que ha posibilitado la mejora de los índices americanos frenta a los europeos. Copiemos lo que funciona, fuera del dogmatismo antiinflacionario aleman. Además hay que pensar en el corto plazo, no sólo en el largo plazo. Keynes decía despectivamente que a largo plazo todos calvos. No estoy del todo de acuerdo, pero pensar sólo en el largo plazo tal y como estamos haciendo en este momento no es razonable ya que hay que pensar y solucionar nuestro problema a corto plazo, ya que con 6 millones de parados a final de año si no implementamos medidas ahora que alivien la situación, no tendremos largo plazo que gestionar. Y para eso Merkel, Sarkozy, Monti, Draghi etc tiene que pensar en el presente y para el presente, y trabajar por el corto plazo y por el largo plazo.
En fin, que continúo perplejo y empeorando mi estado, camino de la indignación.

Escrito por Juan Ignacio de Juan en EL ECONOMISTA PERPLEJO

1 comentario:

  1. Bueno,

    una cosa que se puede hacer, una vez reorganizado el mercado bancario (mas o menos) es dejar caer a Bankia, y tirar del fondo de garantia para cubrir depositos.

    Si es el unico que cae ya esta bien, pierden inversores, la mayoria son bancos y gobierno. Ahora el gobierno ya esta perdiendo porque ha asumido la responsabilidad de toda la deuda privada del pais soportando a la banca.

    Yo creo que si se consiguen sacar la responsabilidad de la deuda privada de encima, demostrando que tampoco es tan malo que caiga algun banco, los mercados acabaran por tenerlo en cuenta con la prima de riesgo de los bonos del estado.

    Vaya... digo Yo, casi seguro, ahora a ver quie lo prueba... Aunque bien pensado en Islandia ¿no hicieron algo parecido? pero a lo bruto.

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